tag:blogger.com,1999:blog-19756199.post6785329469372163325..comments2024-01-23T09:42:29.447+01:00Comments on Campos de fresa: CanonAl59http://www.blogger.com/profile/03769167218404615705noreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-19756199.post-37566502500028772062009-12-14T22:26:56.178+01:002009-12-14T22:26:56.178+01:00Grata sorpresa tu comentario, Juan. Pienso que a A...Grata sorpresa tu comentario, Juan. Pienso que a Antonio le hubiera encantado: desde que lo recuerdo, su caligrafía era una extensión muy consciente de su estética, influida por los jeroglíficos egipcios que tan familiares le eran. Cuando he ido a transcribir estos poemas, me ha parecido que se desnataban al abstraerlos de su letra. Me pasa lo mismo con muchos textos que le oí recitar o contar: en cualquier otra voz me suenan extraños. En alguna medida, ambos fenómenos son cosa común e inevitable; pero Antonio había personalizado tanto ambas cosas (la letra y la manera irónica y sentida a la vez de recitar) que la pérdida se me hace sensiblemente mayor que en otros casos, en que perder de vista u oído al autor puede ser hasta una ganancia.Al59https://www.blogger.com/profile/03769167218404615705noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-19756199.post-11176722497531589612009-12-14T13:55:39.551+01:002009-12-14T13:55:39.551+01:00Al margen, que, si no recuerdo mal, es título guil...Al margen, que, si no recuerdo mal, es título guilleniano, se dirige este comentario que se evade del texto y se queda, con vocación diletante, en la caligrafía del poeta que se nos ofrece. La caligrafía personal es emanación de la personalidad del sujeto, al parecer de los grafólogos. Sin aspirar a tanto, quiero dejar constancia de la impresión que me han causado algunos trazos significativos. Es curiosa la tendencia del autor a prolongar ciertas consonantes hacia más allá incluso de la ringlera inferior del cuaderno pautado, como si cayeran a un abismo emocional. De igual modo, la g y la elle se nos presentan con total austeridad, trazos esquemáticos, propios de quien anda desprendido incluso de sí mismo. La t tiene el trazo cruzado tan alto que más parece visera para que no deslumbre la ambición espiritual, como si quisiera dejar de ser la letra que es. Por otro lado, la ese recogida sobre sí misma, como si se quisiera evitar su sonoridad, parece crear una celda monacal en la que cantar a solas, como el pájaro solitario de San Juan. Finalmente, la z, tan cercana a la a de imprenta, indica toda una declaración de principios: la fusión de los extremos: el alfa y el omega.<br />Me ha llamado la atención la energía del acento, lo que marca con mayor notoriedad su ausencia en expansión, quizás por la libertad acrobática de la n.<br />Corre mucho mar en la caligrafía del autor, un oleaje constante, pero refrenado, como ajustado a un patrón, como si la pauta fuera, en realidad, un pentagrama y la obra se hubiera escrito en Re menor.Juan Pozhttps://www.blogger.com/profile/17503156474886831961noreply@blogger.com