Dos décimos de luna
mengua y acrece las horas.
Es señor de las señoras,
labio roto de la liebre.
Cuando el espejo se quiebre,
hallad en él su semblante:
anciana niña gigante,
marea del equilibrio,
elogio cuanto ludibrio
del vacío rebosante.
Almendra de lo inconstante,
es fuerza de la fortuna:
hace del sepulcro cuna,
depósito del instante,
raya y dispersa el diamante
con suaves yemas de hielo.
Fruta secreta del cielo,
el zumo de su pasión
hace soñar a Endimión
marismas de violonchelo.
Es señor de las señoras,
labio roto de la liebre.
Cuando el espejo se quiebre,
hallad en él su semblante:
anciana niña gigante,
marea del equilibrio,
elogio cuanto ludibrio
del vacío rebosante.
Almendra de lo inconstante,
es fuerza de la fortuna:
hace del sepulcro cuna,
depósito del instante,
raya y dispersa el diamante
con suaves yemas de hielo.
Fruta secreta del cielo,
el zumo de su pasión
hace soñar a Endimión
marismas de violonchelo.
Dos décimas espléndidas que me han hecho disfrutar durante una hora de guardia en la sala de profesores. Luminosa sucesión de metáforas sobre nuestra amiga nocturna.
ResponderEliminarLuna lunera,
ResponderEliminarcascabelera,
cinco pollitos
y una ternera.
Luna lunera,
cascabelera,
toma un ochavo
para canela.
Luna lunera,
cascabelera,
debajo de la cama
tienes la cena.
Gracias a ambos. Para Brazil, por coplas y seguidillas tradicionales:
ResponderEliminarLa luna y el sol partieron
el día por dos mitades;
el sol cogió la mañana,
la luna cogió la tarde.
En mitad de la plaza
cayó la luna;
cuatro partes se hizo
y tú eres una.
Condiciones de luna
tiene mi amante:
tan pronto creciente
como menguante.
Al59,
ResponderEliminary ésta, una de mis prefes, por los post de ayer y hoy: llenitos de estrellas.
(Buenas noches a todos).
El día que nací yo, ¿Qué planeta reinaría?
por donde quiera que voy, ¿qué mala estrella me guía?
Estrella de plata, la que más reluce,
¿por qué me lleva por este calvario
llenito de cruces?
Tú vas a caballo por el firmamento,
yo cieguecito sobre las tinieblas
a pasito lento.
El barco de vela de tu poderío
me trajo a este puerto donde se
me ahogan los cinco sentidos.
El día que nací yo, ¿Qué planeta reinaría?
por donde quiera que voy, ¿qué mala estrella me guía?
Estrella de nácar, déjame ser bueno
y que me pongan en estos barrotes
mi reloj de arena.
Yo haré lo que mandes
rey de los luceros
y cuando tú digas
que me lleven preso
te diré te quiero.
El día que nací yo, ¿Qué planeta reinaría?
por donde quiera que voy, ¿qué mala estrella me guía?
esa de luna lunera se la canto a mi sobrina...que apenas sabe lo que digo...pero le embruja la cantinela....
ResponderEliminarMe alegra leerle por aquí, Prokop. ¿Le hace un poco de luna escarchada?
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