Extraño prodigio éste de componer tanto, si no tan bien, cuando otras veces uno fatiga en vano las escalas y los acordes. Ellas son así.
Esta pieza es de las que, como diría el maestro Aníbal, no tienen chimpún (cadencia de dominante): va cruzando las tonalidades sin otra lógica que la propia, de modo que en un segundo estamos en la menor y en el siguiente en si bemol o fa menor. Todo sin llegar a perderse, pues tampoco es tan grande la pieza, ni el bosque (ya parque) zamorano que evoca.
Corto pero intenso. Como un viaje en tren de una sola estación.
ResponderEliminarO un viaje de DMT (dicen) :)
ResponderEliminar¿Dimethyltryptamine?
ResponderEliminarSí. Por cierto que veo en la Wiki inglesa que no siempre el viaje es tan breve: «Taken orally with an appropriate MAOI, DMT produces a long lasting (over 3 hour), slow, deep metaphysical experience similar to that of psilocybin mushrooms, but more intense».
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