sábado, 21 de enero de 2012

Ni cuándo las noches son

El regalo de este día: una música para romance, que se repite unas cuantas veces para encajar con la letra del Romance del Prisonero. La tonalidad es inequívoca (re menor), pero hay cierta perversidad en el acompañamiento, que a menudo relega la nota fundamental a la melodía (suena así, por ejemplo, un acorde de re menor novena que no tiene re: fa-la-mi; otro de sol menor séptima con quinta bemol que parece si bemol menor, etc.). Canta el violín, sobre un piano eléctrico con wah-wah.




*

Así suena una versión más completa, disonante y (solo quizá) satisfactoria.

6 comentarios:

  1. Intro del Gabinete del Doctor Caligary.

    ResponderEliminar
  2. He cerrado el blog que tenía alojado en Blogger y lo he trasladado a www.criticoconstante.com
    Saludos

    ResponderEliminar
  3. Cuento con ello, Crítico. Ya estaba actualizado el enlace.

    ResponderEliminar
  4. Desgraciadamente,no puedo apreciar por desconocimiento la técnica musical, pero me ha gustado mucho la pieza.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Gracias, José Miguel. Es lo que importa: que la pieza respire y funcione. Los tecnicismos son divertidos, si a uno le van esas cosas —pero son lo de menos.

    ResponderEliminar