Hemos ido deslizándonos tiempo adelante. Podría atender esta llamada perdida, el mensaje de este amor de cuando niño que es ya amor al niño que fui y que tú ayudaste a matar —pero antes preferiría cortarme las uñas o (por qué no) los dedos. Deslizarte, mejor, estos versos, entonando a Soft Machine (dedicated to you but you weren't listening) y sabiendo que, al menos, no me lees.
Cosas que pudieron ser:
arte y parte, sol y cuna,
troche y noche, sal y canto,
suma y siega, tú y yo.
arte y parte, sol y cuna,
troche y noche, sal y canto,
suma y siega, tú y yo.
2 comentarios:
Pero al menos seguimos estando hambrientos y sedientos. No estamos satisfechos aunque tengamos instantes felices y recordemos aquellos cielos de aquel niño que fuimos.
Así es: sed de lo que no pudo ser —definitivamente insaciable.
Publicar un comentario