viernes, 8 de diciembre de 2006

Fuera del tiempo (I): Itchycoo Park


Una secularización consecuente nos dejaría sin fiestas. Hay que trabajar como todos los días, pero. En ese pero reside lo sagrado (puesto aparte) de toda fiesta, la manifestación de algo exterior al ciclo laboral que hace valer, por tiempo limitado, su fuerza. Prueba de poder, pero también de flaqueza: lo excepcional se deja acotar, sujetar a regla, como esos demonios domesticados que no arriesgan la cola fuera del círculo mágico. La fiesta, pues, equivalente en el tiempo del espacio 'libre': el manifestódromo o pabellón de botellones, Cristania o Summerhill. Nada que un servicio de recogida de basuras, combinado con el SAMUR, no pueda curar.

De pronto me han venido a la mente textos y canciones que hablan de esto: la invitación a huir de veras, el recuerdo dudoso de haberlo hecho. Esta canción de los Small Faces, para empezar. El Parque como último locus amoenus.

Te diré lo que haremos:
iremos juntos allí.
Puedes hacer pellas
(¿a que molaría?).
¿Para qué acudir
a aprender la ley de los tontos?
¿Qué haremos ahí?
¡Ascenderemos!
¿Qué tocaremos?
El cielo.
¿Por qué, entonces,
las lágrimas?
Todo resulta
demasiado hermoso
.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Small faces, ISB,flautas y dragones, haikus, ragas, leyenda arturicas, belladona y LSD,el otono y la melancolia,los mares oscuros y amenazadores,las doncellas languidas y los caballeros aguerridos-si me dijeran q definiera este blogg lo describiria como un caleidosopio de todas las cosa q me gustan....like a painting box inside my head.Drop by drop.
Dilecta

Al59 dijo...

Así siendo, cualquiera lo deja. Un placer y un honor, Dilecta. Keep on trippin'.