Va por Talín:
Omar Khayyam meets Camarón de la Isla.
Omar Khayyam meets Camarón de la Isla.
Viejo mundo,
el caballo blanco y negro
del día y de la noche
atraviesa al galope
este triste palacio
donde cien príncipes soñaron con la gloria,
donde cien reyes soñaron con el amor
y se despertaron llorando.
Poquito de pan,
poquito de agua fresca,
la sombra de un árbol y tus ojos:
no hay sultán más feliz que yo
ni mendigo más probe.
Y el mundo, un grano de polvo en el espacio,
la ciencia de los hombres, palabras;
los pueblos,los animales
y las flores de los siete climas
son sombras de la mañana
Quiero al amante que gime de felicidad
y desprecio al hipócrita que reza una plegaria.
el caballo blanco y negro
del día y de la noche
atraviesa al galope
este triste palacio
donde cien príncipes soñaron con la gloria,
donde cien reyes soñaron con el amor
y se despertaron llorando.
Poquito de pan,
poquito de agua fresca,
la sombra de un árbol y tus ojos:
no hay sultán más feliz que yo
ni mendigo más probe.
Y el mundo, un grano de polvo en el espacio,
la ciencia de los hombres, palabras;
los pueblos,los animales
y las flores de los siete climas
son sombras de la mañana
Quiero al amante que gime de felicidad
y desprecio al hipócrita que reza una plegaria.
4 comentarios:
A ti te lo puedo decir: una vez vi una pintada en un barrio obrero de Barcelona. Se leía: CON EL DINERO DE LAS ARMAS RESUCITAR A CAMARÓN.
Así me gusta. Como decía Anguita, programa, programa, programa.
¡Qué grande Camarón! Aún lo tengo presente, como un príncipe rubio, delgado como un junco, en lo alto del escenario y con toda la gitanería hermosa de Barcelona a sus pies. Trajeado de alpaca con rayas, la chaqueta cruzada y el nudo pequeño. Payos éramos dos o tres, y el pellizco del duende de aquel cantaor se te metía por los adentros y te desgarraba. Corría el año 77 tal vez. La ciudad, Barcelona. El teatro, en el Paralelo.
Y tan grande. Ahora que todos hacen como él, no hay sucesor que no le quede chiquísimo.
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