Cabe la vida entera en un soneto, escribió Manuel Machado. La Historia de los hombres exige algo más; pero no demasiado. En cuatro pliegos (57 páginas, 17 poemas) la resuelve el maestro en su última entrega, Suma del vuelo de los hombres. De la FNAC a casa, casi me da tiempo a leer completas las andanzas del homo necans, del verde corazón de lo que aún no era África a los estudiantes que interiorizan, sumisos, las mentiras del Régimen. ¿Una muestra? Sitúense ustedes mismos:
M
Ah, pero ya las lenguas muertas
vuelven en letras a vivir:
saben leer ya muchos clérigos
y escribir mejor latín;
en las escuelas, a la sombra
de las cábalas sobre Dios,
ya el veneno de la lógica
viva floreciendo está,
y aun profesores, de Bizancio
huyendo, enseñan a leer
griego a Bocaccio. Y más: las letras
centuplican su poder
con el truco de la imprenta. El
mapa del mundo culto va
redondeándose: canta el credo
Escandinavia y la que fué
última Tule; ya Granada
es ganada, y por aquel
rabo de Europa se hace limpia de
todo resabio de otra fe...
Ah, pero ya las lenguas muertas
vuelven en letras a vivir:
saben leer ya muchos clérigos
y escribir mejor latín;
en las escuelas, a la sombra
de las cábalas sobre Dios,
ya el veneno de la lógica
viva floreciendo está,
y aun profesores, de Bizancio
huyendo, enseñan a leer
griego a Bocaccio. Y más: las letras
centuplican su poder
con el truco de la imprenta. El
mapa del mundo culto va
redondeándose: canta el credo
Escandinavia y la que fué
última Tule; ya Granada
es ganada, y por aquel
rabo de Europa se hace limpia de
todo resabio de otra fe...