No suelo leer libros 'de humor', pero he hecho una excepción con este de Camilo de Ory, y en buena hora. Haciendo realidad las fantasías de sus haters, el bueno de Camilo ingresa en la cárcel de Soto del Real para pagar por sus inmundos chistes sobre niños muertos. Empieza ahí una novela-diario que es un homenaje múltiple: al 'De profundis' de Wilde, del que toma y adapta el título; a las pelis de cárceles y escapatorias; al cine quinqui y a nuestra mejor literatura picaresca.
La figura enigmática de un leprechaun (cuya identidad todos sospechamos) le acompaña (sería mucho decir que le guía) en sus aventuras por el talego (afortunadamente ficticias, pero de un realismo impecable), que incluyen observaciones agudísimas sobre la religión (memorables las correspondientes a los aleluyas, los católicos y los islamistas), las relaciones de poder (tanto con las autoridades oficiales, como el director de la cárcel y sus funcionarios, como con las oficiosas, aún más temibles y arbitrarias: los kíes) y el ambiente anal y naif de la cárcel.
A través de las figuras del educador y la psicóloga de la prisión, Camilo deja claro que sabe cómo lo ven los que lo odian, y que, con bastante razón, los desprecia hondamente. All in all, es uno de los mejores libros que he leído en mucho tiempo (y de los más informativos sobre diferentes aspectos de la realidad, tanto del talego como de la sociedad en general), y sin embargo tengo la sensación de que se le ha hecho el vacío: no he encontrado reseñas, ni buenas ni malas, en la Red. Así que yo les animo a vencer cualquier resistencia que tengan y entrar en el mundo de Camilo. Si no salen deseando invitarle a una caña, yo les invito a dos. (Aunque no se las merezcan.)
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