Cerramos las vacaciones de verano de este año con un concierto de La Bossa y la Vida en Peraleda de la Mata, en la noche del 30 al 31 de agosto. Gracias a todos los que asististeis o hubierais querido hacerlo. Esta es una de las canciones que sonó esa noche, y, para los que gusten de esas cosas, estas son algunas curiosidades sobre ella.
Songfacts
- Desde que Tolkien dibujó el de la Tierra Media, el mapa del continente fantástico, tan detallado como sea posible (pero siempre con cierta estética de cartógrafo naïf, antañón), es un componente esencial de todo ciclo de fantasía épica que se precie.
- La armonía de la canción es circular: se aleja por grados conjuntos de La menor (primero hasta Fa y luego hasta Re menor) y luego vuelve sobre esos mismos pasos. En la forma sencilla (La menor - Sol - Fa - Sol - La menor), es la secuencia de All along the watchtower, Abre la puerta, niña y el final del Stairway to Heaven, entre otras.
- La canción surgió en un paseo matutino, dándole vueltas al compás de 5/4, formado en este caso por un compás de 3 tiempos y otro de 2. En la música pop no es un compás muy habitual, pero sí en el folklore: como me indicó el hermano de nuestro percusionista Miguel, si se acelera convenientemente se convierte en 5/8, el ritmo del merengue venezolano.
- La melodía es modal: la escala eolia de la menor, sin ninguna alteración, tiene un sonido arcaico, muy dulce, que también aparece en El príncipe de Bekelaer. El ejemplo más hermoso que conozco de la sonoridad de este modo son las estrofas de Islands, de King Crimson.
- La trompa o corno francés que toca aquí José Maestro es un instrumento de sonoridad muy peculiar: terrenal y onírico al mismo tiempo. Aunque está asociado a la música clásica, los Beatles lo usaron en una de sus mejores baladas, For No One. También se ha utilizado con tino en composiciones de jazz.
- Lo que me cura me hace daño le da la vuelta a la homeopatía (según la cual lo que produce un daño contribuye, si se administra en dosis infinitesimal, a prevenirlo o curarlo) y se queda peligrosamente cerca del refrán: Quien bien te quiere, te hará llorar. No está claro en la canción si el dolor avisa de que la supuesta terapia es un fiasco (lo que supuestamente me cura en realidad me daña) o da fe de que el fármaco utilizado, vaya a curarnos o no, al menos potente es un rato (ya veremos si me cura; de momento, hay que ver cómo escuece).
- Que te tengo que contar: I want to tell you, cantaba George Harrison; Quiero contarte, niña, arrancaba Jesús de la Rosa.
- Se miente más de la cuenta / por falta de fantasía: / también la verdad se inventa, escribió Antonio Machado. La canción habla acerca de eso: la ficción hace que tome forma (a veces muy detallada) algo que hasta entonces no había, sea una canción o una novela-río —pero su verdad última no reside tanto en lo verosímil del invento, sino en el estado de ánimo del que brota la invención y al que remite: el dolor, en este caso, de un desencuentro.
- Vidas de pintores dibujados: Marcel Shwob escribió Vidas imaginarias (1896); William Beckford, unas Memorias biográficas de pintores extraordinarios (1780) igualmente apócrifas. Borges, que conocía bien estos precedentes, hizo de la glosa de la obra de un autor imaginario uno de sus géneros favoritos. La idea del pintor que se dibuja a sí mismo remite al famoso dibujo de Escher.
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