sábado, 31 de marzo de 2007

Escrito está en mi alma vuestro gesto


Primer regalo de estas vacaciones: tenía una secuencia de acordes que me rondaba estos últimos días, y de repente me ha entrado la sospecha de que un soneto de Garcilaso le vendría pintiparado. Dicho y hecho. Por supuesto, lo que se gana en inmediatez se pierde en calidad sonora —el micro con el que grabo estas cosas parece concebido para vocear melones, y el programa del que me he servido para mezclar y ecualizar, que se supone graba en multipista, va acumulando adelanto en la pista segunda (no he querido aventurarme más allá) hasta desincronizarla completamente. Si a pesar de todo, por eso mismo o según y cómo, júzguenlo ustedes.




viernes, 30 de marzo de 2007

Dobles III: el cambiazo


En un dobladillo, la historia de los niños cambiados, los changelings. Pienso que la creencia ha de ser antiquísima. El ejemplo más arcaico que conozco (y que sin embargo se sitúa claramente dentro de una larga tradición, con la que se permite ironizar) aparece en el capítulo 63 del Satiricón de Petronio, en labios del orondo Trimalción:

—También yo os voy a contar algo espeluznante: ¡un asno en el tejado! Cuando todavía llevaba el pelo largo (pues desde niño he llevado una vida de Quío ) falleció un día el esclavo favorito de nuestro patrón, una perla, por Hércules, mimoso y cumplido en todo. Mientras su pobre madre lo estaba llorando y muchos de nosotros la acompañábamos en el velatorio, de repente la emprendieron con él las Estriges. Se diría que un perro perseguía una liebre.
Teníamos a la sazón un hombre de Capadocia , grande, que era bastante atrevidillo y tenía fuerza: era capaz de alzar en vilo un buey furioso. Entonces éste, audaz, con la espada desenvainada salió corriendo por la puerta, su izquierda cuidadosamente envuelta, y atravesó por la mitad a una de estas mujeres, más o menos por esta parte (¡salvo me sea lo que toco!). Oímos un gemido y (no voy a mentir) no pudimos verlas. Nuestro fortachón, apenas entró, se echó a la cama, y todo el cuerpo lo tenía amoratado, como herido a latigazos, porque (no cabía duda) lo había tocado una mano nefasta.
Nosotros cerramos la puerta y regresamos a nuestra tarea, pero cuando la madre fue a abrazar el cuerpo de su hijo, toca y ve un fantoche relleno de paja: no tenía corazón ni intestinos ni nada; las Estriges, en efecto, ya habían escamoteado al niño y habían dejado en su lugar un monigote de paja. Os lo ruego, es preciso que creáis que hay mujeres que saben más de la cuenta, que hay Nocturnas, y lo que está boca arriba lo vuelven boca abajo. En fin, el fortachón tras este suceso no recobró nunca más el color; es más, a los pocos días murió en pleno delirio.

Asnos en el tejado, como vacas que vuelan (lo que está boca arriba lo vuelven boca abajo). Vida de Quío, la que soñaba el joven Rimbaud (mamá, yo quiero ser rentista). Los capadocios, forzudos , simplones y sentimentales, como aquel Goliat que acompañaba al Capitán Trueno. Estriges o Nocturnas: el ave rapaz de la noche como punto de partida; su fantasma mejorado volando en tus pesadillas.

*

The Doors: I'm a changeling. See me change...



jueves, 29 de marzo de 2007

Dobles II: El mar de la muerte




Hay un mar donde los barcos crecen como el cuerpo viviente de un marino.
(E. A. Poe, Manuscrito hallado en una botella)

*

Moguer,
20 de enero


A UNA MUJER
QUE MURIÓ, NIÑA, EN MI INFANCIA

Cementerio de Moguer

Veinte años tienes en la muerte.
Eres ya una mujer —¡qué hermosa eres!—
Veinte años. Te pareces a esta aurora
bella y fría —¡qué pura!—, tierra y gloria!

(JRJ, Diario de un poeta reciencasado)

*

Focus II: Un mar de música añeja




miércoles, 28 de marzo de 2007

Dobles I: Fantasmas


Un fantasma: la imagen de una persona despojada de su cuerpo, una huella sin dedo que baila en la hoja. En sueños, todos somos fantasmas, distintos y distantes del cuerpo que duerme y se inhibe, químicamente, de nuestra suerte. Vamos dándonos forma cada vez que pensamos en nosotros mismos, rodeando de ideas y recuerdos nuestro nombre. El argumento está en Byron, y es verdad: nada debe temer un hombre de un fantasma, pues nada hay en éste que no esté ya en él. Somos fantasmas que aún tienen cuerpo (y eso que salimos ganando). Nuestra identidad, sin embargo, reside en el Otro: el Doble fantasmal (alma, psique, consciencia) que, si por un lado consiente en ir tomando prestados los rasgos de nuestro espejo, por otra los amenaza siempre con la sonrisa de un pasajero exterior a la máscara. Una imagen, pero no una cualquiera: fasma o fantasma es aparición, algo que vive fuera del plano y se asoma inesperadamente por un rincón de la escena. El extrañamiento es doble: quien se observa está fuera de sí; el observador renuncia, en cuanto tal, a observarse. La reserva es la santidad misma: espíritu santo, fantasma sagrado, Holy Ghost. Curioso el tiempo invertido en hablar de la existencia (estar aquí afuera) de lo que por naturaleza está siempre allende, oculto, midiendo cada una de sus fugaces apariciones para nunca pillarse los dedos.

*

Bonus track. Andy Mckee. El genio de la lámpara se pasa a a la guitarra:



domingo, 25 de marzo de 2007

Qué ven mis nubes cansadas


La visión disparatada no siempre es apocalíptica, aunque el discípulo predilecto ha aportado lo suyo al género. Uno de mis ejemplos favoritos: Javier Bergia, Una mañana esencial, en el descatalogadísimo Tagomago (Gasa, 1989). A la flauta de pico y metalófono, la gran Begoña Olavide.

Un cañón de salida
y los poetas y pintores
escondiendo la mano
que los músicos
tocan con oro mate
y el tiempo de cada uno.
Y los ojos
de millones de estrellas
entre contrastes
y aguas varias.
Tengo el suelo mojado,
los pies están duros
y veo las manos
a lo lejos
con el mundo en los bolsillos.
Los mismos ojos
de aquellas estrellas
que ocupan todo el cielo.
¿Qué ven mis nubes cansadas?
Nicanor Villalta,
torero pundonoroso,
gran estoqueador y muletero.
¿Qué mañana será
el que dice la brisa?
¿Hasta qué lugar en el tiempo
se traduce una palabra?
Una mujer,
una ciruela,
un periódico, una frontera.
¿Qué mañana será
el que dice la brisa?
¡Qué cerca de la muerte
está la vida
cuando está perdido!
Comentaré tu vida entre mis pasos
en una merienda de ancianos,
casi un siglo de mil años navegando
por una oración sin aire,
despido a las gaviotas
y el aire por la espalda
me avisa que amanece,
qué mañana será
el que dice la brisa,
qué mañana será
el que dice la brisa.




*


Vimos a Bergia en directo el sábado 17, en el Centro Cultural de Valdemorillo. El sonido era espantoso, pero algún técnico entregado acabó domándolo. El maestro iba a pelo, voz y guitarra. Desgranó las clásicas (donde un día de noviembre / te conté que te quería, / ahora el PSOE tiene allí unas oficinas), algunos tesoros menos obvios (La oración y el té, Noche infinita y breve) y cinco o seis piezas del disco nuevo, Cedaceros 4, que estará a la venta en abril. Éramos pocos, pero hicimos todo el ruido necesario. Para conciertos y detalles del disco, ojo a la página oficial.

sábado, 24 de marzo de 2007

Va a caer una buena


De los libros del antropólogo y folklorista José Manuel Pedrosa siempre salen chispas. Se abre al azar uno cualquiera y surge, por ejemplo, esta letanía tradicional recogida por Fernán Caballero:

Yo vi un toro bramar desde una nube,
vi salir fuego de una cantimplora,
vi salir agua, es cierto, de un arado,
vi dos bueyes hablar a una señora,
vi dos hombres comiéndose a un caballo,
vi unos perros jugando a la pelota,
vi unos niños tragarse tres navíos,
vi el alto mar de leche abastecido,
vi una taza de cien codos,
vi una torre que andaba por un prado,
vi una vaca tocar la chirimía,
vi un sacristán verdad, por vida mía.

Con este punto de partida, Pedrosa define el tipo (la visión disparatada) y llega grado a grado hasta El Aleph de Borges [Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto rojo (era Londres), vi interminables ojos inmediatos escrutándose en mí como en un espejo, vi todos los espejos del planeta y ninguno me reflejó...] El juego nunca termina: una vez puesto en marcha, uno sigue por su cuenta, evocando por ejemplo las visiones de Dylan, que se vierten casi solas en estos lodos:

Va a caer una buena

¿Por dónde estuviste, ojitos azules?
¿Por dónde has estado, querido muchacho?
He dado un traspiés
con la falda de doce montañas nubladas,
caminé y me arrastré por seis rutas torcidas,
hice pie en la mitad de seis tristes océanos,
avancé once mil millas dentro de un cementerio
y estoy viendo que en breve va a caer una buena...





viernes, 23 de marzo de 2007

Alfa y Omega


Repasando a nuestros modernistas, le he echado de menos. Es una pena que no le dedicara a la diosa algunos versos (o que yo no haya sabido encontrarlos). Como sigue siendo un autor vagamente impuro, vaya por delante que escribió más poemas olvidables que su hermano y pagó caro salvar la vida. Nada de eso le resta a valor a sus aciertos, que son imprescindibles. Este comienzo:

Un niño es una fiera... Y yo era niño el día
en que me hicieron la primer fotografía.

(Grifo tiene la última palabra, pero yo juraría que esto hay que leerlo como en que me hicieron lá / primer fotografía, con licencia muy rubeniana.)

Y este soneto, juguete gravísimo, casi tan posmoderno como Borges o de Cuenca:

Cabe la vida entera en un soneto
empezado con lánguido descuido,
y, apenas iniciado, ha transcurrido
la infancia, imagen del primer cuarteto.

Llega la juventud con el secreto
de la vida, que pasa inadvertido,
y que se va también, que ya se ha ido,
antes de entrar en el primer terceto.

Maduros, a mirar a ayer tornamos
añorantes y, ansiosos, a mañana,
y así el primer terceto malgastamos.

Y cuando en el terceto último entramos,
es para ver con experiencia vana
que se acaba el soneto... Y que nos vamos.

miércoles, 21 de marzo de 2007

Lolailos underground II: Smash


Ya no recuerdo cuándo escuché por primera vez El Garrotín de los Smash; pero cada escucha me devuelve a una sensación infantil de juego y descubrimiento: quizá a los mismos años (ocho) que tenía cuando el disco vio la luz y, probablemente, mi hermano corrió a comprarlo (Vanguardia y pureza del flamenco: los Smash por una cara y por otra Agujetas con Manolo Sanlúcar). Definitivamente, es un tema que no envejece: creo que hasta en sueños se me filtra de vez en cuando ese wha-wha saltarín como una rana.

Canta Manuel Molina (el de Lole y Manuel). Los demás cofrades son los históricos: Julio Matito, Henrik, Antoñito y Gualberto.

(Aunque el LP es del 78, la canción salió como single en el 71 (!). Curiosa la descalificación retrospectiva, algo pureta, de Gualberto: El garrotín, comercialmente era lo mejor, pero artísticamente era lo peor que hizo Smash. Qué le vamos a hacer. Roger Waters odia Julia Dream y Zorrilla —con algo más de razón— detestaba el Tenorio.)

martes, 20 de marzo de 2007

Lolailos underground I: Las Grecas



Para Pepita Pulgarcita, ya sabe ella...

Con el debido respeto, siempre he pensado que las letras de las Grecas eran una porquería, pero el acompañamiento rockero que llevaban, fiero y lleno de matices, era magnífico. Ahora sigo pensado lo segundo: el cruce lolailo-underground de Te estoy amando locamente no tiene nada que envidiarle al Garrotín de los Smash, y en sentido estricto es una genialidad sin descendencia (el rollo de Veneno, Pata Negra, Martirio y los suyos es otra cosa: mucho blues y jazz, pero poco o nada de rock progresivo; Triana, Medina Azahara y los suyos, en cambio, son mortalmente serios, sin ese pellizco canalla indispensable para el potaje. Estopa son graciosos pero en otra onda. Sobre las primas de los Chichos, Camela, Melendi y demás, guardemos prudente silencio).

Pero es que ya no pienso lo primero. ¿Cómo resistirse a esta cuarteta del Achilipú, tan lograda que podría ser tradicional?:

Lloraba gotas de sangre
y las lágrimas bebía
por que no supiera nadie
lo que por ti padecía.



lunes, 19 de marzo de 2007

Venus modernistas (fin)


Técnicamente, Juan Ramón es ya ex-modernista cuando escribe estos versos, fechados en 1936. Pero algo queda de aquello: la propia Venus, desnuda de ornamentos y arqueologías, pero plena aún de muerte, en esa ambivalencia tan finisecular. Puede que García Márquez lo tuviera presente cuando escribió su historia sobre el ahogado más bello del mundo.


AHOGADA

¡Su desnudez y el mar!
Ya están, plenos, lo igual
con lo igual.
La esperaba,
desde siglos el agua,
para poner su cuerpo
solo en su trono inmenso.
Y ha sido aquí en Iberia.
La suave playa céltica
se la dio, cual jugando,
a la ola del verano.
(Así va la sonrisa
¡amor! a la alegría)
¡Sabedlo, marineros:
de nuevo es reina Venus!


Canción, 1936

domingo, 18 de marzo de 2007

Venus modernistas III


Francisco Villaespesa, amigo de Rubén y Juan Ramón Jiménez, luchador incansable por el modernismo, no fue exactamente un tipo modesto (El ritmo, el gran rebelde, me rinde vasallaje), aunque en opinión general sí lo fueran sus logros. A mí no puede dejar de serme simpático (Soy un alma pagana, escribe). Como prenda de fe, dedicó doce sonetos a la diosa (Los jardines de Afrodita), que dan idea cabal de sus aciertos e insuficiencias. ¿Listos para uno de ellos? Allá vamos...

De la Grecia y de Italia bajo los claros cielos
en tu honor se entonaron los más dulces cantares,
y ofrecieron las vírgenes al pie de tus altares
las tórtolas más blancas y sus más ricos velos.

Hoy triste y solitaria, en el parque sombrío,
carcomida y musgosa, los brazos mutilados,
bajo la pesadumbre de los cielos nublados
el mármol de tu carne se estremece de frío.

¿Dónde se alzan ahora tus templos, Afrodita?
Ya la Pánica flauta en los bosques no invita
a danzar a los sátiros danzas voluptuosas.

Ha huido la Alegría, ha muerto la Belleza...
No hay risas en los labios y una inmensa tristeza
cubre como un sudario las almas y las cosas.

sábado, 17 de marzo de 2007

Venus modernistas II


VENUS

En la tranquila noche, mis nostalgias amargas sufría.
En busca de quietud bajé al fresco y callado jardín.
En el obscuro cielo Venus bella temblando lucía,
como incrustado en ébano un dorado y divino jazmín.

A mi alma enamorada, una reina oriental parecía,
que esperaba a su amante bajo el techo de su camarín,
o que, llevada en hombros, la profunda extensión recorría,
triunfante y luminosa, recostada sobre un palanquín.

«¡Oh, reina rubia! —díjele—, mi alma quiere dejar su crisálida
y volar hacia ti, y tus labios de fuego besar;
y flotar en el nimbo que derrama en tu frente luz pálida,

y en siderales éxtasis no dejarte un momento de amar».
El aire de la noche refrescaba la atmósfera cálida.
Venus, desde el abismo, me miraba con triste mirar.

Azul, 1890

viernes, 16 de marzo de 2007

Venus modernistas I


Freud (o alguno de sus discípulos ortodoxos) lo llama hiperdeterminación. Un poco bajo de moral estos días, pienso a lo largo del día en la entrada de hoy y sólo me vienen a la cabeza, insistentes, las palabras de Darío: Venus, desde el abismo, me miraba con triste mirar. Sólo (y solo) mientras me siento por fin a perpetrarla y blogger abre la ventana (morosamente; hoy la conexión a Internet parece haberse contagiado de mi pereza) caigo en la cuenta del viejo acto votivo: es la última hora del viernes, el día de Venus, Veneris dies. Aniversario, también, de la cita amorosa que cambió mi vida hace dieciséis años (hoy, 16 de marzo) y me ha llevado a donde estoy. Todo forma un maremágnum, un batiburrillo emocional y aritmético, mezcla de ironía y justicia poéticas, que no califica para sincronía o azar objetivo, pero forma, sí, la salsa con que digerir la vida, el bordado que une lo personal con lo remoto, el arañazo y la cicatriz.

Hice, tiempo atrás, una antología urgente de versos venusinos. Son de finales del XIX y principios del XX, de esos que se dejaron llamar modernistas, capaces, como aquellos del Renacimiento, de dar vida nueva a formas perdidas y, por eso mismo, florecer en direcciones nuevas. Si pienso en la deriva entre costumbrista y vuelta-de-todo de la poesía reciente (en la que yo mismo, a favor o en contra, nado) siento nostalgia cierta por aquellos poetas convencidos aún del carácter sagrado, revelador, de la poesía. El más incrédulo de todos, Manuel Machado, es un pagano venerable en comparación con sus epígonos hodiernos.

Los versos venusinos de Darío son los más logrados, pero creo de justicia comenzar la antología por Salvador Rueda, ese precursor casi borrado del mapa. Ya saben lo que dicen los libros despiadados sobre él, y sin duda es verdad: brillo superficial, erudición ligera, sensualidad domesticada. Hasta hay un entrañable anacoluto (la que al mirar... florecen los collados). El encanto, que también está, puede adjudicarse a eso que llaman color o sabor de época.


AFRODITA

Venus, la de los senos adorados
que nutren de vigor savias y rosas;
la que al mirar derrama mariposas
y al sonreír florecen los collados;

la que en almas y cuerpos congelados
fecunda vierte llamas generosas,
de Eros a las caricias amorosas
ostenta sus ropajes cincelados.

Ella es la fuerza viva, el soplo ardiente
de cuanto sueña y goza, piensa y siente;
de cuanto canta y ríe, vibra y ama.

En el niño es candor, eco en la risa;
en el agua canción, beso en la brisa,
ascua en el corazón, flor en la rama.

jueves, 15 de marzo de 2007

Mundo inmundo

Será por la educación católica (los tres enemigos del alma: mundo, demonio y carne) o por aquello de Retorno a Brideshead (Sebastian y yo contra el mundo). El caso es que el mundo y yo no nos llevamos demasiado bien. Cuando no tengo tiempo para atender el blog, por ejemplo, ocupado en medicinas ultrapreventivas o actas hiperferolíticas, apunto mentalmente Mundo 1, Alejandro 0. Imagino que lo extraño (ni yo me lo explico) es que durante tanto tiempo haya podido mantener una entrada diaria aquí, esa pequeña victoria o al menos empate con que pongo a salvo un rato minuciosamente improductivo y asocial (es decir, capaz, manque sea remotamente, de producir de verdad algo útil y ponerme en sintonía con algún socio con quien no me una otro interés que el inexplicable que tienen según qué cosas).

Hoy, en fin, pongo esta pica tardía en Flandes, sin imagen, un poco a modo de protesta contra la inercia, la entropía y demás señoras dudosas. Al final saldrán ganando (moriremos; todos), pero que no se den prisa ni canten victoria. Como decía aquel haiku de Shiki

¿Venís a picotearme los ojos
aún vivo,
revuelo de moscas?

martes, 13 de marzo de 2007

Samba de otoño


Cantan por aquí los rondadores que

La primera copla
no vale nada
porque sale del pecho
avergonzada.

y algo hay de eso, desde luego. Es inevitable que a alguna canción le toque ser la primera, y nosotros optamos el otro día por elegir la que nos había servido para abrir los ensayos, precisamente porque tenía la virtud de meternos en vereda con su ritmillo.

Confirmando el saber popular, no interpretamos la canción tan bien como en los ensayos, y hay algún problema de ecualización —pero creo que la interpretación logra trascender sus faltas.

Explicaba Daniel que la canción es una samba de otoño, pero con esto del cambio las estaciones ya no son lo que eran. Pues eso.

Hoy por fin
las lluvias han regresado
y el jardín
renace dulce y salado...







lunes, 12 de marzo de 2007

No sé si puedo nombrarte


Gracias a Javier, gentilhombre do los haya, tengo ya el audio del concierto que Ciento Volando dimos el 19 de febrero en Madrid, en el Rincón del Arte Nuevo.

Aunque todos salimos contentos, cuando se escucha con la cabeza fría uno no puede evitar encontrar defectos a tutiplén, en siniestra sinergia entre la mezcla, la amplificación y la interpretación. Con tanto espacio para el error, lo raro sería que la melódica no se oyera menos de lo que debe aquí o la voz que se supone segunda no atronara allá.

De las canciones que llevo ecualizadas, ésta de Daniel, reflexiva y onírica, es la que me resulta más adictiva.

*

No sé si puedo nombrarte
sin ver las palabras
flotar entre restos de bailes gitanos.
Sólo la lluvia en verano,
correr de tu mano
hasta enloquecer.
Pueden hablar de entonces
las fuentes de piedra y bronce
donde tú y yo parábamos a beber.

Y ahora que todo ha quedado en silencio,
que duermen los gatos
y a veces nos vemos en sueños
entre sonrisas te marchas,
haciendo escarcha
sin discutir.
Se pierde así cuanto fuimos,
y el metro a ninguna parte
cierra sus puertas sin ruido para salir.

Puntas de azúcar hielan el corazón,
las luces iluminan otra ciudad.
Ya se amontona el tiempo sobre el amor
y aún sueño que regreso al mismo lugar.
Envejecen las fotos donde tú y yo
aún seguimos cumpliendo la misma edad.
Llevar consigo sólo el primer amor
cuando la vida acabe y vuelva a empezar.

Hoy he vuelto a buscarte,
aunque sé que no están tus palabras
y se han muerto ya tus deseos.
Nadie recoge el correo,
pero las cosas hablan de ti.
Parece que aún pudieras
atravesar las hogueras,
buscar las primeras luces
de la mañana.

Voy volviendo a la vida
y parece mentira
que aún reverdezcan las ilusiones,
que aún nos recuerden los bancos del bulevar.
Ya no se ve el camino
de juncos y cañizales,
han brotado los lirios
en tu portal.






sábado, 10 de marzo de 2007

El Hombre de Arena



Anacronismos: ¿qué hubiera pensado E. T .A. Hoffmann de esta nueva aventura de su Hombre de Arena? Yo le imagino encantado, siguiendo con ojo travieso las evoluciones de este coro de Olimpias y sonriéndose ante su candor replicante.

El Hombre de Arena, siniestro en el cuento de Hoffmann, es en general benévolo en la tradición popular: si esparce arena en los ojos de los niños, es al modo del rey mago que arroja caramelos y confetti. Como prefiguraciones del famoso dinosaurio, los granos de arena siguen ahí al despertar: son las legañas o lagañas, una palabra de etimología adecuadamente oscura (tres deliciosas caras le dedica Corominas en su Diccionario oftalmológico).

Las legañas funcionan a veces como las gafas de color verde que el mago de Oz regalaba a sus súbditos. Vos mirastes con lagaña / a quien dais loores tantos, le reprocha a alguien Íñigo de Stúñiga. Hay ojos que de lagañas se agradan, le afea la celosa Elicia a Sempronio en el acto nono de la Celestina.

Las etimologías que Corominas va desechando son, cuanto menos, lindas: que si el griego láganon, suerte de buñuelo; que si lacus, 'lago', con la idea de una neblina que cubre las aguas, cf. el catalán llegany, 'nubecita'; o el légamo, barro oscuro y pegajoso.

No es menos interesante el recorrido por otras lenguas. En árabe pudo ser qada, 'mota en el ojo', 'brizna de paja' (lo que quizá da por fin sentido a aquello de la paja en el ojo ajeno). En alemán se dice Augenbutter, 'mantequilla del ojo'. En portugués ramela, 'ramita, brizna'. En inglés lo llaman, entre otras cosas, dormición, sleep.


viernes, 9 de marzo de 2007

Los ojos del que sueña


Escribe Simone Weil en alguna parte que el mal literario es vivaz y sorprendente, mientras que el verdadero es mortecino y aburre. Imagino que lo mismo se podría decir de los villanos —aunque algunos trabajan duramente por hacer literaria su vida.

Antes de que Osama bin Laden le disputara el puesto, Charles Manson era el Rey indiscutible del Mal en los Hermanos Unidos (como los llama Nostradamus). A la infancia desgraciada (su madre lo cambió por una cerveza, asegura la leyenda) le sigue un periplo por el inframundo carcelario, durante el cual aprende a maltratar la guitarra y se empapa del folklore norteamericano más aceitoso y preocupante. Pasajeramente libre, en 1967 se convierte en gurú de una comuna californiana, la Familia, y sus canciones folkies consiguen llamar la atención de Dennis Wilson (uno de los nenes de la playa), Neil Young y otros.

Lo que sigue es confuso y bastante gore: ofuscado por su falta de éxito como artista, alucinado por presuntas revelaciones contenidas en el Album Blanco de los Beatles y arrastrado quizá por el entusiasmo de sus acólitas, Manson orquesta varios asesinatos durante 1969, entre ellos el de Sharon Tate, la esposa de Roman Polanski. Calculador, no participa en las carnicerías, pero como líder de la tribu la sangre le salpica y acaba otra vez en el trullo.

Durante el juicio, consciente de haberse convertido por fin en una celebridad, Manson realiza varios numeritos circenses. Algunos añitos antes que los punks, se presenta con una cruz gamada esculpida a cuchillo en la frente, un gesto que los de la tribu imitan inmediatamente, aclarando: "me he vacunado contra este mundo". En otro momento, se rapa la cabeza, como si quisiera apartarse de modo visible del estereotipo melenudo jipi que (junto al asesinato cometido en Altamont) tanto ayudó a envenenar.

Mientras utiliza a los medios con su show, los medios le utilizan a él para vender periódicos y un disco grabado en 1968 que ve la luz en mitad del juicio, Lie: The Love & Terror Cult. El disco servirá primero para financiar su defensa y acabará produciendo dividendos a los familiares de las personas asesinadas por las Ménades de Charlie.

Manson sigue en prisión, condenado a cadena perpetua y persuadido de que, así cumpla los de Matusalén, no volverá a ver la calle. Como provocador, sigue en buena forma:



'Los ojos del soñador' es una de las canciones de Lie, la mejor, a mi juicio. Todo es un espectáculo, viene a decir —y tú, el espectador, condenado a aportar algún sentido al torrente de imágenes.


jueves, 8 de marzo de 2007

Smash, 1970


Atmósfera mágica. Smash, reyes del underground español, en el teatro Lope de Vega de Sevilla, 1970. No se puede explicar, pero sí entender: la endiosada movida ochentil, aunque tuvo su aquél, jamás produjo algo remotamente cercano en delicadeza e intensidad a esto.



(Bonus track: especial para Isa y Carlos, por haberme arreglado la noche con su tremendo podcast palíndromo.)

miércoles, 7 de marzo de 2007

Algo es algo


Happy Birthday, o Birthday a secas. 37 años de rodaje, 16 de ellos cientovolandeando y algunos más escribiendo historias y versos. Total, que aquí estamos, la nariz fría y el pulso en llamas. Otros por menos se han muerto.

(La canción es del 94 o así. Canta Luli, tan bien como suele. Ahora suena algo distinta, creo que más completa, con la melódica bandoneónica de Luz. Quizá pueda traer en breve la versión hodierna. De momento, aquí va la de entonces.)




martes, 6 de marzo de 2007

Presencias (II)


Desde el siglo XVI se creía que cuando un niño reía en sueños Lilith estaba jugando con él, por lo que era aconsejable darle un toquecillo en la nariz para conjurar el peligro (Emek ha-Melekh 130b) (Gershom Scholem, Encyclopedia Judaica, sv. Lilith).

*

A ella [Lilith] le gusta mucho el semen del hombre, y anda siempre al acecho de a ver dónde ha podido caer (generalmente en las sábanas). Todo el semen que no acaba en el único lugar consentido, es decir, dentro de la matriz de la esposa, es suyo: todo el semen que ha desperdiciado el hombre a lo largo de su vida, ya sea en sueños, o por vicio o adulterio . Te harás una idea de lo mucho que recibe: por eso está siempre preñada y no hace más que parir (Primo Levi, Lilith, 1989, p. 24).

*

Te conjuro, demonio maligno femenino y embarazado, llamado Onoscélide, el espíritu corporeizado, el que tiene su madriguera sobre la tierra y tiene su morada en precipicios y en cuevas y en barrancos, el que se une con los hombres en su ensueño creyendo ellos que es una mujer, el que es neutralizado por el santo Iel de nuestro Señor Jesucristo: retírate del siervo del Señor, Fulano. (texto mágico griego; A. Delatte, Anecdota Atheniensia)

lunes, 5 de marzo de 2007

Presencias (I)


Era más de media noche,
antiguas historias cuentan,
cuando en sueño y en silencio
lóbrego envuelta la tierra,
los vivos muertos parecen,
los muertos la tumba dejan.

(Espronceda, El estudiante de Salamanca)

*

En aquel balcón hay luz:
¿si se estarán acostando?
¿O será mi corazón
que anda por allí penando?

(El Folk-Lore frexnense y béticoextremeño, Badajoz-Sevilla, 1987, p. 131)

*

Morfeo: «el que reproduce las formas», en referencia a las apariciones que pueblan los ensueños (Ovidio, Metamorfosis 11, 635). Cf. el adjetivo morfótria, «la que metamorfosea» (Eurípides, Troyanas, 437).

*

Pesadilla catalana

La Pesanta, perrazo negro, grueso y pesado cual plomo, intensamente peludo, con una terrible pata de hierro, con la que zurra a cuantos halla a su paso de noche por la calle. Pasa por el ojo de las cerraduras, por debajo de las puertas y, si le precisa, se filtra por las paredes. Se complace poniéndose encima del pecho durante el sueño y oprime la respiración, provocando pesadillas y sueños muy agitados y desesperados
(Joan Amades, «Los ogros infantiles», Revista de Dialectología y Tradiciones Populares 13, 1957, p. 262).

*

Pesadilla (neo)griega

La Mora es una Lamna rica y muy poderosa. Pasea sólo de noche y cada vez que se encuentra en su camino a hombres que duermen se sienta en su pecho y los aplasta. Y es tan pesada que aquél al que aplasta muge como un buey. Sin embargo, si el hombre no está sumido en el sueño y la ve y le arrebata su fez, entonces, cualquier cosa que le pida, riqueza y pelo, se lo dará, con tal de que le devuelva el fez. (Politis, Tradiciones neohelénicas, nº 899)

*

El psicoanalista Ernst Jones es autor de una célebre monografía sobre este tipo de figuras: La pesadilla (On the nightmare, publicado por primera vez como libro en 1931). Para Jones los contenidos de la pesadilla son explícita- o implícitamente sexuales: se trata de un caso en que la censura ejercida por el superyo es insuficiente para desactivar la angustia que produce en el sujeto la emersión de contenidos reprimidos. Modernamente, el folklorista David J. Hufford ha reexaminado la cuestión desde una perspectiva científica, procediendo a deslindar los sueños de contenido angustioso, que provocan o no que el sujeto despierte (a los que podría aplicarse propiamente la explicación de Jones), de la parálisis consciente que se produce cuando el sujeto despierta sin tono muscular, con la sensación ominosa de una presencia que lo observa.

Esta última experiencia, relativamente común, es la que ha dado origen a creencias populares sobre démones que oprimen el pecho de los durmientes. En su estudio The Terror That Comes in the Night. An Experience-Centered Study of Supernatural Assault Traditions (1982), Hufford examina detenidamente un corpus de testimonios sobre «la Vieja Bruja» (The Old Hag), una figura de este tipo del folklore de Newfoundland, Canadá.

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[Después de despertarse, quienes han tenido pesadillas] se engañan sobre manera a sí mismos y se agotan y perturban, yendo a parar a individuos charlatanes y brujos, que dicen: «Pero si te asusta una visión durante el sueño y recibiste el cortejo de Hécate Nocturna, llama a la vieja bruja y sumérgete a ti mismo en el mar». (Plutarco)

domingo, 4 de marzo de 2007

I'm only sleeping


A J., por la imagen

Explica el maestro Agustín en alguna parte (bien siento no acordarme de dónde) que, con un poco de maña, unos pecados capitales anulan los otros. Contra ira, digamos, pereza. Como la cosa va por parejas, hay uno que queda suelto. Adivinen cuál :-)

Por el mismo tipo de mecanismo, en algunos individuos que yo me sé el gusto por dormir más que las mantas queda neutralizado por la tendencia a trasnochar. Un equilibrio inestable, desde luego, pero en cuestiones como éstas, cuál no lo es.

Si uno acaba durmiendo no ya menos de lo que querría, sino por debajo de lo necesario, conviene reajustar los parámetros. En lo que lo consigue, cabe recitar esta letanía, por si acaso. Si no le convence a uno, puede al menos resultar hipnopédica.

Una hora duerme el santo;
dos, el que no es tanto;
tres, el teatino;
cuatro, el capuchino;
cinco, el peregrino;
seis, el magistral;
siete, el oficial;
ocho, el jornalero;
nueve, el caballero;
diez, el muchacho;
once, el borracho;
y doce, el majadero.

(El Folk-Lore frexnense y béticoextremeño, Badajoz-Sevilla, 1987, p. 52)

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Larga vida al Señor Mostaza: la suya no es la versión más fiel, pero me parece la más pinturera.


sábado, 3 de marzo de 2007

Julia Dream


Pink Floyd, enormes. 1968.


Sueño con Julia

Luz del sol, esplendor en mi almohada,

más apacible que un edredón.
¿Permitirá que el sauce llorón
venga a envolverme con sus ramas?
Sueño con Julia,
la reina del Barco del Sueño,
la reina de todos mis sueños.

Llega la noche y apago la luz
para esperar su gentil terciopelo.
¿Conseguirá el armadillo escamoso
localizar dónde vine a esconderme?
Sueño con Julia,
la reina del Barco del Sueño,
la reina de todos mis sueños.

¿Podrá el Señor Neblinoso quebrarme?
¿Despejará mi cerebro la llave?
¿Me atraparán esos pasos que vienen?
¿Será verdad esto de irme muriendo?
Sueño con Julia,
la reina del Barco del Sueño,
la reina de todos mis sueños.

*



(En estudio)



(En directo. Lindo oxímoro: un vídeo sin imagen...)

viernes, 2 de marzo de 2007

La novia del sueño


Canciones de tradición oral,
recogidas en Navalmoral de la Mata o su entorno.



Eres la novia del sueño,
hermosa paloma mía,
que cuando voy a rondarte
siempre te encuentro dormida.

*

Y anoche soñaba que me casaba
con una joven angelical:
si ustedes quieren saber mi sueño,
poné atención que le voy a explicar.
La iglesia estaba llena de flores,
los candelabros lucían su luz
y a todas partes que yo miraba
veía cortinas de raso azul.
¡Qué desconsuelo y qué desengaño
y fue en la hora que desperté!:
y eran los hierros fríos del catre
y yo creía que eran los brazos de mi mujer.

*

Contraste entre realidad y deseo, sueño y vigilia. Curiosa mezcla, por otra parte, de sensualidad y bendición religiosa (esa joven angelical dispuesta a darle el sí en una iglesia llena de flores, candelabros y cortinas celestes). La huella de la poesía tradicional resulta visible en el uso anómalo del imperfecto soñaba y en la fórmula de apelación al público (si ustedes quieren saber mi sueño, / poné atención que le voy a explicar). La hora del despertar súbito convierte, como si dijéramos, el carruaje encantado en calabaza y los cocheros en ratones: los elementos reales que rodean al soñador (los hierros fríos del catre) se habían transfigurado momentáneamente en los brazos de la mujer amada, pero ésta se desvanece y transforma en el momento del abrazo.