Técnicamente, Juan Ramón es ya ex-modernista cuando escribe estos versos, fechados en 1936. Pero algo queda de aquello: la propia Venus, desnuda de ornamentos y arqueologías, pero plena aún de muerte, en esa ambivalencia tan finisecular. Puede que García Márquez lo tuviera presente cuando escribió su historia sobre el ahogado más bello del mundo.
AHOGADA
¡Su desnudez y el mar!
Ya están, plenos, lo igual
con lo igual.
La esperaba,
desde siglos el agua,
para poner su cuerpo
solo en su trono inmenso.
Y ha sido aquí en Iberia.
La suave playa céltica
se la dio, cual jugando,
a la ola del verano.
(Así va la sonrisa
¡amor! a la alegría)
¡Sabedlo, marineros:
de nuevo es reina Venus!
Canción, 1936
¡Su desnudez y el mar!
Ya están, plenos, lo igual
con lo igual.
La esperaba,
desde siglos el agua,
para poner su cuerpo
solo en su trono inmenso.
Y ha sido aquí en Iberia.
La suave playa céltica
se la dio, cual jugando,
a la ola del verano.
(Así va la sonrisa
¡amor! a la alegría)
¡Sabedlo, marineros:
de nuevo es reina Venus!
Canción, 1936
4 comentarios:
Al: Interesante la 'canción' juanramoniana. Aunque su musicalidad me resulta bastante atonal, ¿podría decirse así?, está plena de contenido, ¡vaya aciertos contiene!.
¿Y si la consideramos una Venus prepostmoderna?
Estupenda esta serie de Venus poéticas. Le dan ganas a uno de buscar más conexiones.
Sr. Verle: muy bien visto. Para ser de verdad posmoderno, a JR le sobra la trascendencia sacerdotal; pero la obra fundamental ya está hecha: liberar a la diosa de sus mármoles y miriñaques y devolverla, desnuda, al agua (con esa música un tanto coloquial, casi prosa rimada). Por lo demás, hay un fondo de travesura morbosa que sigue siendo simbolista (recuerdo ahora ese otro poema, de Diario, en que va a ver la tumba de una niña muerta y se dirige a su espectro, diciéndole que con los años transcurridos debe estar ya hecha toda una mujer...).
Candelero: bienvenido. En ésas estamos: tomando un hilo y persiguiendo el tapiz.
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