En estas cuestiones, como en otras, Dylan es insuperable: Una vez quise a una mujer (una niña, me dicen). / Le di mi corazón, pero quería mi alma. / Pero no te lo pienses dos veces: ya está bien. (...) No digo que me trataras mal. / Pudiste montártelo mejor, pero da igual. / El caso es que te empeñas en malgastar mi tiempo; / pero no te lo pienses dos veces: ya está bien.
[Es raro que los maestros versionen a los discípulos, pero sucede. Enorme este Elvis Presley salmodiando en tierra sagrada (Nashville) las blasfemias de Dylan. Sit sibi terra levis.]
1 comentario:
A mí me gustan las dos versiones, aunque sea por diferentes razones.
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