jueves, 1 de mayo de 2008

Un gigante


A las raíces profundas no llega la escarcha,
el viejo vigoroso no se marchita.

102 años en pie. Me cegará la gratitud, pero aun no entiendo por qué los dioses le han negado a Albert Hofmann lo que concedieron a Utnapishtim o Ganimedes, con mucho menos motivo.

Los medios de formación de masas darán la matraca con Lucy in the Sky, pero las canciones lisérgicas de los Beatles son otras (y anteriores). Creo que mi favorita es aquélla; pero ésta, del mismo disco, abrió la puerta —y sigue resultando impresionante.

El título con que se editó (El mañana nunca sabe: una humorada de Ringo) parece de película de 007. Quita hierro al tema y oculta la etiqueta original, menos complaciente (El Vacío). El texto, a través de Leary, Metzner y Alpert, se remonta al Bardo Thodol, el Libro Tibetano de los Muertos. La muerte psicodélica del ego se identifica con el estado intermedio en que el alma, ya fuera del cuerpo, recorre países de piedra.

Lennon imaginó al Dalai Lama predicando, ingrávido, desde lo alto de una colina, mientras un centenar de lamas coreaban su cántico. La propuesta, inviable, puso en marcha a técnicos y músicos, que en busca de metáforas aptas enriquecieron la armonía modal (I - VIIb) con guitarras al revés, bucles, risas y pájaros. Como escribe Ian MacDonald, Tomorrow Never Knows «en términos de innovación de textura, es al pop lo que la Sinfonía Fantástica de Berlioz fue a la música orquestal del siglo XIX».





6 comentarios:

Anónimo dijo...

Vi la noticia y supe adónde venir a leer el responso.

Gracias, Abbie! Por los buenos ratos y, sobre todo (a toro pasadísimo), por los malos. Las letras chinas con sangre entraban...

(Te digo que no soy nada beatlero, A., pero un día tienes que hablarnos de Blue Jay Way, la que siempre asocié personalmente, aún ni sé por qué, con los tragos más duros del ácido. Y así hablamos del modo lidio, esa cosa misterriosa.)

jr

Anónimo dijo...

Sic sibi terra levis. De todos los paraísos artificiales el lisérgico siempre me ha parecido el más atractivo, aunque sólo lo conozco en sus resultados comerciales. Hay por ahí algún biólogo humorista o algún humorista biólogo que justifica los arrobamientos y levitaciones de los místicos castellanos en el cornezuelo del centeno. No sé, no sé, en tal caso el cielo terrenal de Castilla hubiera estado lleno "santos". Menos más que ha quedado el verdejo de Rueda.
Qué buen lugar éstos campos de fresa para venir a desperezarse.

Anónimo dijo...

Que conste que en "menos más" no hay una voluntad de estilo, es que tengo un despertar tórpido.

Juan Poz dijo...

Hay una película de Roger Corman, "The trip" con Peter Fonda, en la que se describe un viaje psicodélico. Se trata de una rareza y tiene bastante de documental, pero merece la pena. Está muy emparentada con el libro de Huxley: The doors of perception. cito de memoria y puede que me equivoque.

Joselu dijo...

Recorrí Alaska, el Yukón y Canadá hasta Nueva York con un sólo libro en mi mochila: Las puertas de la percepción. Cielo e infierno. Anhelaba contemplar la realidad de una forma poliédrica y llena de luz como aquellos granos de arena que se convertían en partículas de maravilla en las manos del autor. Es uno de los libros que más me ha fascinado. El otro día no lo citaba, pero hoy me lo has hecho recordar.

Al59 dijo...

¡Cielo santo! ¿Qué es eso de que 'A la flor del berro' "se ha eliminado"? ¿Dónde lo hallamos ahora? :-(