miércoles, 11 de agosto de 2010

Recuerdos, sueños, erratas



Recuerdos, sueños, pensamientos, la autobiografía de Jung, es un libro al que he vuelto muchas veces, abriéndolo al azar y leyendo unas cuantas páginas. Creo que, a pesar de mi devoción junguiana, nunca lo había leído entero. En esta ocasión, la edición que andaba por casa desde 1972 está tan estropeada que he tenido que acercarme al centro a por una actual, del 2009. Lo grande del caso es que, por lo que llevo visto, los señores de Seix Barral han tenido a bien respetar casi todos los errores y erratas de la edición del 72. Es cierto que han corregido alguna de bulto (así, 'en la familia de mi madre hubieron seis sacerdotes', pág. 53 de la ed. de 1972), pero asombra pensar que en 37 años ni la traductora, María Rosa Borrás, ni alguno de los correctores de editorial tan venerable hayan reparado en otras, como 'etónico' (por 'ctónico') (p. 202). Incluso la nota de la traductora explicando el significado de 'sinópticos' sigue incorporada, erróneamente, al texto, en vez de situada a pie de página (p. 110). Con frecuencia, uno no sabe qué está leyendo: si Jesús, por ejemplo, 'torna' a los niños para evitar que Satán los devore, como se lee en el libro, o más bien los 'toma' (p. 24); no sé si alguien habrá logrado descifrar el pasaje que Borrás traduce así, a propósito de las frases chocantes que solía decir una enferma:

Por ejemplo ella decía: «Soy la Loreley» y ciertamente porque el médico, cuando intentaba explicárselo, decía: «No sé lo que esto significa».
(p. 156)

Se intuye que esta última frase la diría también la paciente, no el médico, pero en el resto hay que hacer obras mayores para lograr sacar algo (¿«y ciertamente cuando el médico le pedía que se lo explicara, decía...»?). Eso sin entrar en por qué una palabra tan poco arcana como sinóptico merece una nota de la traductora, mientras que la leyenda de Loreley, lo mismo que las numerosas citas en latín, se da por cosa sabida.

Otras veces, aunque se entiende el texto, la traductora utiliza términos poco idiomáticos: en español hablamos de la noche de Walpurgis; alguna vez lee uno, en referencia a la santa, 'Walburga', pero nunca 'Walpurgia' (p. 123, n. 2).

En conjunto, resulta inevitable pensar que al lector español de traducciones se le trata con poco respeto. Por suerte, no se llega aquí al caso de ese traductor de James Hillman (en uno de los volúmenes de Anthropos sobre las conferencias de Eranos) que, al topar con un tal 'Onians' en el texto, como no le sonaba el autor, lo convirtió en una tribu o secta ('los onianos'); pero tantos años deberían haber dado para una revisión digna. A ver si para el 2011...

7 comentarios:

Al59 dijo...

Gracias a la traducción inglesa entiendo por fin lo de la Lorelei. Traduzco de aquella versión, con nota al pie utilísima: Por ejemplo, ella solía decir: "Soy la Lorelei"; la razón de ello era que los doctores, cuando intentaban comprender su caso, siempre decían: "No sé lo que significa". Aclara el traductor (¿o la propia Jaffé, que editó el texto de Jung y escribió algunas notas?) que esta frase es el inicio del poema de Heine 'Die Lorelei' (Ich weiss nicht, was soll es bedeuten').

Gharghi dijo...

Parece que confirmaste tus sospechas. A lo sumo parece que pasaron un corrector automático y corrigió algunos errores de bulto :-(

Al59 dijo...

Por lo que se ve por su blog, la traductora parece haber sido una persona muy maja, aunque no muy afín a Jung: feminista, nacionalista catalana y militante del PSUC. No se entiende muy bien por qué le encargarían una obra tan lejana de sus coordenadas.

Al59 dijo...

Otro lector del libro: La edición, en rústica, es correcta en cuanto a la encuadernación, papel y fuentes, pero en cuanto al contenido no se puede decir lo mismo, lamentablemente. Cuajado de errores tipográficos, algunos de bulto, al llegar a treintaisiete dejé de anotarlos por hastío, y qué decir de la traducción: es nefasta, llena de errores sintácticos y pasajes directamente incomprensibles. En fin, un desastre que amarga la tarea del más aguerrido y dispuesto lector.

Al59 dijo...

Antonio Colinas, en cambio, se zampó el libro con gusto, sin hallar, al parecer, nada chocante.

El Doctor dijo...

Es un libro extraordinario y fundamental.Llegué a él por via Federico Fellini y mi pasión por los sueños.
Un saludo.

Al59 dijo...

Salud, Francisco. El libro es asombroso, desde luego. Ahora estoy con la parte en que Jung visita algunas tribus de África y Norte América. Fellini era también un gran lector de Jung, ¿no?