Era 1995 y yo comenté con mi amigo Antonio que sería lindo editar un fanzine de poesía. Como tantas veces en el curso de nuestras vidas, lo que en mis labios era solo un deseo, seguramente condenado a vivir y morir como tal, se hizo tangible en pocos minutos en cuanto el chache se puso a ello y desplegó esa magia que le ha hecho justamente célebre como domador de procesadores de texto, programas de edición y cualquier otro software capaz (en sus manos, claro) de hacer virguerías.
Pensando sin duda en la novela de Umberto Eco, que aún quedaba cercana, le puse al fanzine La Rosa Por Defecto (con la coletilla 'en la boca del asno' se convirtió luego en el título del programa de radio que hice con otro amigo, Alfonso, en Onda Verde, un empeño que alguna vez habrá que rescatar también).
Mi idea es subir todos los números del fanzine que se publicaron. En este que enlazo, digitalizado en formato PDF, hay, por orden, textos de Agustín García Calvo, Sergio Herrero, Ricardo Pérez, Daniel Martín, yo mesmo, Eva Fernández Rodríguez, Marta Fuentes, Rafael Herrera, Antonio Hernández Marín (aka Aker) y dos anónimos del siglo XVI recopilados por Alfonso García Pecharromán.
Respecto al contenido, por la parte que me toca habría tanto por lo que excusarse que prefiero ni intentarlo. Tengan Vds. paciencia —y, por qué no, también buen provecho.
7 comentarios:
Los versos que aparecen aquí de García Calvo, inéditos en 1995, son los primeros que le escuché, y siguen siendo mis favoritos de entre todos los suyos. Los leyó en un congreso de psicoanálisis y poesía del Grupo Cero que se celebró en Moncloa. Era la primera vez que Antonio y yo veíamos al maestro (que un poco después me daría clase de Fonética y Morfología Latinas en la Facultad). Aún recuerdo cómo introdujo (más o menos) su charla: 'Hace falta mucho valor para hacer un congreso sobre dos cosas, de las cuales, de la primera solo sabemos que, por definición, ni se sabe ni se puede saber nada (el inconsciente) —y de la segunda (la poesía) nos consta que hace mucho que desapareció del mundo'.
Hay que decir que de todo el fanzine lo único que le llamó la atención a Agustín fue el soneto anónimo renacentista que aparece al final, por el que en alguna ocasión preguntó: ¿dónde está el soneto aquel de la mujer que le habla a su coño?
El soneto de la Araña de Antonio Hernández Marín (el artista más conocido como Aker) es otro favorito. Recuerdo que no fuimos pocos los que nos lo aprendimos de memoria y andábamos recitándolo por esos mundos.
Estupendos estos "memorabilia", Al. Sirven como marca de época (y épica, como sugiere Mr Corrector). Recuerdo el boom que en su momento tuvo el grupo Cero (¿no era Menassa su principal agitador?), aunque siempre me pudo más la desconfianza ante la verborrea psicobonaerense que otros indudables atractivos. Los sonetos, espléndidos. No me extraña el corro trovador.
El mismo Menassa, sí señor. A mí me parecía que tenía nombre de ogro antropófago (como su parónimo Bokassa). No sintonicé con su onda. Recuerdo que le pregunté por Jung y me miró con un desprecio infinito: 'Jung nunca entendió el Inconsciente'. Se ve que él sí. Y le sacó la raíz cuadrada.
En el Congreso de marras, la intervención de AGC provocó una respuesta airada de los agrupados, que se sintieron cuestionados por su barrido inicial. Llegaron al mal gusto: uno de los ponentes hizo una parodia muy burda de la intervención de Agustín, al día siguiente. Entiendo que entre ellos y el zamorano debía de haber algún entendimiento previo, por mínimo que fuera, o no le habrían invitado; pero no se apreció ninguna sintonía.
Mirando fechas, veo que pasó mucho tiempo entre el Congreso y la revista: el primero se celebró en 1991 (fue el III Congreso) y la revista es de 1995, cuando ya estaba acabando mis estudios en la Complutense.
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