Como buen dylaniano, me ha alegrado el Premio nórdico que acaba de caerle encima. Confío en que le abrigue en el inverno de sus días y pienso que, como en alguna ocasión anterior, cuando finalmente hable será para decir que en él se premia a Woody Guthrie (y, podría añadir un europeo, a Brassens). Lo cual me parece estupendo.
Mi Devocionario Pop es un libro muy dylaniano. Dos de sus poemas (que recoge en su blog Víctor Peña) son versiones libérrimas de canciones de Dylan, y otros dos, que traigo aquí, son poemas propios pero aluden a sendas canciones del maestro. Ahí van.
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