Días extraños, felices pero un tanto automáticos. Tengo poco sosiego. El trabajo me ha seguido a las vacaciones y no se deja fulminar en una tarde, ni en dos. Como todos, a veces sueño. Una de estas noches fui a sacar a Leopoldo María de su encierro: yo era su hermano menor. El poeta no estaba preso en un psiquiátrico, sino en una cárcel. Mientras tomábamos una coca-cola, repasamos travesuras infantiles. Antes o después de aquello, pasé una hora muy grata, creo que despierto, con Carlos, y estuvimos recordando otras hazañas, verídicas ellas: cuando grabamos con una lima en la barandilla de la escalera metálica del colegio aquellas iniciales que nos parecían el summum de la rebelión: PSOE, PCE, CNT. Nuestras pintadas eran así: 'Amnistía general'; 'Libertad a los presos antifascistas'; todo rubricado con la A en su círculo mágico, anónima y pentagramática. Sueños heredados, vagamente frentepopulistas. En una de esas, el capo de los fachas del colegio nos hizo comparecer ante él y en presencia de sus matones nos preguntó, muy serio, si éramos cenetistas o faístas. No recuerdo que tuviéramos miedo. Dimos con la respuesta correcta, vete a saber cuál, y ahí se selló un acuerdo de vago respeto mutuo. El enemigo era otro: los profesores. Yo mismo, o sea. Procuraré recordarlo cuando redacte mi próxima amonestación.
domingo, 26 de diciembre de 2010
Querido diario
Días extraños, felices pero un tanto automáticos. Tengo poco sosiego. El trabajo me ha seguido a las vacaciones y no se deja fulminar en una tarde, ni en dos. Como todos, a veces sueño. Una de estas noches fui a sacar a Leopoldo María de su encierro: yo era su hermano menor. El poeta no estaba preso en un psiquiátrico, sino en una cárcel. Mientras tomábamos una coca-cola, repasamos travesuras infantiles. Antes o después de aquello, pasé una hora muy grata, creo que despierto, con Carlos, y estuvimos recordando otras hazañas, verídicas ellas: cuando grabamos con una lima en la barandilla de la escalera metálica del colegio aquellas iniciales que nos parecían el summum de la rebelión: PSOE, PCE, CNT. Nuestras pintadas eran así: 'Amnistía general'; 'Libertad a los presos antifascistas'; todo rubricado con la A en su círculo mágico, anónima y pentagramática. Sueños heredados, vagamente frentepopulistas. En una de esas, el capo de los fachas del colegio nos hizo comparecer ante él y en presencia de sus matones nos preguntó, muy serio, si éramos cenetistas o faístas. No recuerdo que tuviéramos miedo. Dimos con la respuesta correcta, vete a saber cuál, y ahí se selló un acuerdo de vago respeto mutuo. El enemigo era otro: los profesores. Yo mismo, o sea. Procuraré recordarlo cuando redacte mi próxima amonestación.
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12 comentarios:
Un medio amigo mío cree que hay una relación entre la crisis económica y el acceso a la cuarentena de los baby-boomers. Lo cierto es que somos muchos y el consabido bajón bien puede tener sus consecuencias: caída del consumo, etc.
Cuento esto porque ahora, mientras escuchaba la canción, me acordé de lo que otro amigo, argentino, vino a decir: "Crisis, crisis... ustedes (boludos) no tienen ni idea de lo que es una crisis..."
Saludos, y felices fiestas.
Antes de caer en la cuenta de que lo que (manicomio queísta) habías soñado es que eras Michi, pensé que Leopoldo María era el nombre del magnífico can blanquérrimo que nos mira desde la imagen. Los sueños tienen estas cosas. Felices días, Al. Y un fuerte abrazo.
En realidad, Alfredo, yo no era Michi. En mi sueño no existían más hermanos, sólo LMP (mucho mayor) y yo. Felices días para ti, amigo. Y que nos duren.
Al:
Parece que no le llegó a otro correo (viejo!) mi felicitación para un futuro próspero.
Se la hago llegar ahora con mis mejores deseos. Un saludo.
Salutem plurimam, querido Verle. Ya no puedo atravesar las carreteras y ver esos puentes tan feos y monótonos, como del Lego, sin pensar en su liga de arquitectos zen. Otro mundo es soñable, si no posible.
Sigue siendo cierto que el enemigo (uno de ellos) son los profesores; otra cosa son los educadores, de esos en el Sanvi... con los dedos de una mano. Te tengo entre los segundos.
Yo no llegué al anarquismo. Me quedé en el maoísmo, pero siempre me asaltaron dudas intensas sobre el mundo comunista en el que entré no sé muy bien por qué sólidas razones. Quizás porque los mejores compañeros estaban allí y yo tenía ganas de acción. Los anarquistas me parecieron entonces caprichosos incapaces de someter sus apetencias a las necesidades de las masas. Sin embargo, reservo en mí, en concentrada síntesis, una convicción anarka que me parece que en esta realidad sólo puede manifestarse interiormente a modo de resistencia espiritual u onírica. Saludos. Y gracias por tu hermoso regalo.
"Días extraños" es una magnífica película de Bigelow que, al menos aqui en Barcelona, pasó casi desapercibida.
A los que fuimos expulsados de la escuela y masticamos amenazas imposibles de represalias mortales, poco nos queda por recordar como actuales represaliados hipoteticos... ¿Y por qué acaba uno asumiendo con orgullo algo así? Asistir a un colegio de militares gobernado por curas creo yo que lo justifica todo, aunque no se llamara Leoncio Prado, sino Ruiz de Alda...
El vídeo musical, estupenda puesta en escena de ritmo y palabras que recogen lo que yo particularmente llevo sintiendo hace tiempo: que tengo que salir del círculo en que llevo metida mucho tiempo, porque ya he terminado el ciclo vital en él. Se trata de programar otro, para sobrevivir con ilusión, si una hecatombe propia no lo derrumba todo. O algo así. Feliz tiempo nuevo, Al, o feliz año nuevo, del gato.
Un abrazo,
Drix
Joselu: yo leí muy pronto dos o tres libros anarcas, que daban su versión de la Guerra Civil. No quedaba, pues, mucho espacio para idealizar el comunismo; lo que he podido leer más tarde sobre las jugadas de Marx contra Bakunin sugiere que la mala praxis estaba ya en el producto original. En fin, de todo eso algo queda —aunque vete a saber el qué.
Amigo Poz: en su día oí hablar de la película, y pensé que tendría que ver con The Doors. Total, que no la vi; pero la pongo en busca y captura. Ayer vi Origen, por cierto: no está mal, pero no vale gran cosa. Hay cinco o seis películas 'dickianas' buenas, y ésta no es una de ellas.
Feliz año, drix. No sé si yo los ciclos vitales, o incluso la vida en general, se deja programar. Quizá por lo que decimos del rollo anarca, yo prefiero pensar que no.
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