domingo, 12 de agosto de 2012

Bruma de agosto


Rescato otra canción del concierto que dimos el sábado 21 de julio en El Jardín de las Delicias, en Gargantilla del Lozoya. Esta canción de Dani es una de mis favoritas, todo un clásico cientovolandero (tiene sus años, vaya), pero apenas la habíamos tocado en vivo hasta ahora: esperaba su momento, que ha llegado con la formación actual del grupo, con Luli al bajo y Benja a la batería.

Así dice el cuento:

No sé si fue esa bruma de agosto
en su pálido rostro
o era algo más normal; 
pero cuando se acercaba la tarde 
a pasitos cobardes 
y dejando en la arena 
sus pisadas calientes 
que borraban las penas, 

nos sentábamos sudando y sin fuerza 
en la tapia de piedra 
 y veíamos pasar 
con los ojos de un poeta extranjero
las mujeres primero, 
meneando el trasero, 
y eran hadas valientes 
cuya magia aún se siente. 

Y la noche se acercaba y de lejos 
susurraba consejos 
que no supe escuchar 
y veíamos pasar 
los últimos reflejos 
sobre nubes volando
mientras iban cantando: 

«Para ver el otoño, 
 hay que ser diferente, 
para que ella te mire, 
hay que ser diferente. 
Guarda horas felices 
en lo más profundo de ti.» 

En las noches oscuras, 
fuimos aventureros, 
la ventana enrejada 
de la dama de fuego, 
su rostro en penumbra 
y ella más hermosa que nunca. 

Iban dando ya las últimas notas 
de aquella canción rota 
con sabor a cristal 
y el otoño enemigo 
iba abriendo camino, 
nuestros sueños alados 
quedaron en tierra 
y mayo siempre me recuerda su olor.

Para el curioso de esos temas, no hay dos estrofas musicalmente iguales (muy danielero eso) y el estribillo, a la manera romántica, conserva el tono (re) pero cambia de modalidad (de mayor a menor). En el arreglo, si no en la canción en sí, se nota el aire de la época en que surgió: como el oyente avisado ya sabrá, son los años de En algún lugar de Duncan Dhu y Buena chica, de Los Secretos :)

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