Volver sobre los versos ahora célebres,
ya secos de aquel jugo que les daba
su incógnita vidilla, su sustancia.
Contemplarlos muñón, latiguillo, Museo,
refrán, frase deshecha, cortinilla, retuíter.
Decir, entonces,
como quien abre un viento,
Hoy la tierra y el cielo se sofríen;
hoy el fondo del alma huele a alcohol;
hoy la he frito, he untado y me he empapado.
Cásome en Dios.
Seguir
Me gustas cuando hablas; imparable, eres fuente
de noticias, rumores, sinsentidos hirientes
que me arrastran; de pronto, te detienes en seco
y estoy alegre —alegre de inventar tu silencio.
Constatar
Puedo escribir los versos más hueros esta noche.
Imitar a Neruda, sentir que me disperso.
De otro, son de otro los trajes que me pruebo
y yo soy su relleno: la muerte de un deseo.
Recordar, moralista,
Vinieron a buscar a Bisbal, pero no me importó porque yo era muy indie. Cuando, extrañado de que no me llamaran, acudí por mi pie hasta el plató, ya era tarde: habían cerrado el casting.
Concluir, fiel al día
Sigan ustedes sabiendo
que mucho más temprano que tarde
abriremos las líneas telefónicas
para que puedan hablar los muertos.
5 comentarios:
Bien tirado, Al; muy bueno. He disfrutado, sonreído y reflexionado con este homenaje a los clásicos, no exento de crítica y mordacidad.
Inspirado te veo, y bien acertado.
Gracias, Antonio. Es tan irritante esa manía de mutilar y neutralizar a los poetas de antaño que algo habrá que hacer en su defensa —que es también defensa propia.
Gracias, Gharghi. Los comienzos de curso siempre son inquietos.
Deberías etiquetarme, primo... ¡Que buena! Salu'!
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