jueves, 4 de octubre de 2012

Te iré a buscar

Cada vez que me toca explicar Edipo Rey, hago un intento de familiarizarme con la música del verso en que está compuesta la mayor parte de la obra: el trímetro yámbico. Aunque supone una simplificación, uno se hace una idea de por dónde va la cosa si coloca en las sílabas largas que marcan el ritmo (no todas lo hacen) una sílaba tónica; y en las breves (o largas no marcadas), una sílaba átona.

El sistema es más complejo, porque caben inversiones y resoluciones (en vez de una larga podemos encontrar dos breves). Pero esencialmente es algo así:

tatátatá tatátatá tatátatá 

En este esquema, cada grupo de cuatro sílabas constituye un metro, y la secuencia breve-larga, tatá, se llama yambo. De ahí el nombre: trímetro (tres metros) yámbicos (a base de yambos).

Vertido así al español, el esquema produce un dodecasílabo con final agudo, que sería por tanto un tridecasílabo. Las métricas académicas sugieren que se trata de un verso desdichado (ya el número de sílabas sugiere el mal fario) que solo algún romántico o modernista chalado intentó redimir; pero no es del todo cierto. Hay varias canciones pop (a falta de mejor apellido) que lo utilizan. Recuerdo solo dos:


y aquella otra de Javier Krahe, Paréntesis:

¡Oh, cuán curiosa —me decía— es la mujer! 

En el primer ejemplo se ve que el final en agudo puede alternar, como es costumbre en español, con finales en palabra llana o esdrújula sin que la medida se altere. El regalo del intento de esta tarde ha sido darme cuenta de que también Antonio Hernández, Mandul, nuestro querido amigo, practicó ocasionalmente este verso, aunque ciertamente no lo llamó trímetro yámbico. Así suena en su mano, tratado con libertad (los acentos no siempre caen en sílaba par) y combinado en cada estrofa con un eneasílabo final (dáctilo + troqueo + troqueo + troqueo):

Te iré a buscar al más allá de las mesetas, 
lejos del muro donde mueren los ocasos, 
donde no hay suelo para el pie,  donde aún florecen, 
altos y libres, nuestros pasos. 

Mas, ¿dónde ir, si tú no existes, si tu entorno 
es un osario que, insepulto en el desierto, 
mana estertores como manan oquedades 
todos los huesos que se han muerto? 

¿Qué me dirás, si no te veo, o si te viera:
—¿Quién eres tú?, no te conozco, ¿qué pretendes?
—Estar contigo.... —Yo no soy a tu medida, 
no me conoces ni comprendes....? 

No: me dirás —Yo sólo soy lo que has creado, 
yo sólo existo en la espesura de tu centro, 
somos el mismo ser, somos los dos reales, 
ven a habitar, conmigo, dentro.... 

11-4-98

2 comentarios:

rafa dijo...

¡Qué bien abrir el curso con Edipo Rey!
¿Qué buenos versos los de Antonio! ¿Qué placer
leerte siempre! Tres cositas para ti.
Salud muchacho, compañero del cantar.

tp://www.rhapsodes.fll.vt.edu/Sophokles/sophokles.htm

http://www.youtube.com/watch?v=dmiu53aRUn8

http://www.ivoox.com/poesia-sofocles-edipo-rey-audios-mp3_rf_182444_1.html

Al59 dijo...

¡Bien halladísimo, Rafa! Me acabo de dar cuenta ahora de que estos también son trímetros yámbicos: http://www.youtube.com/watch?v=_4I_zbi3Sak