domingo, 14 de abril de 2013

Que yo no sé cómo llamarte


A menudo me faltan
o me sobran palabras;
se acumulan, oscuras,
en la lengua gastada
o se ocultan, brillantes,
en las grietas del alma.
Busco un nombre  y es solo
su silueta quien pasa:
ni materia ni forma,
solo vaga añoranza
—quiero dar con la fecha
y su punta herbolada
va quebrando las cifras,
ajustando la nada.
Pienso en ti y en los días
en que al tiempo lejana
e inminente, vivías
donde acaba mi casa.
¿Eres hoy el pronombre
o este solo tu cáscara?
¿Queda solo lo poco
que de ti yo inventaba?
Y ese poco ¿me mira
como tú me mirabas?
¿Puedes verme? ¿Se mueve
por ti tanta palabra?
¿Eres tú quien se esconde
tras la rima apagada?

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