martes, 21 de agosto de 2007

Mar violeta


...no Violeta Parra, pero casi. Paso agosto leyendo a poetas, de muchos de los cuales sabía hasta ahora poco más que los nombres. Cultura escolar, en plan Trivial: referencia para ir realizando después apuestas más o menos seguras —y eso es todo.

Gabriela Mistral, premio Nobel, etc., es enorme. Su libro Tala se abre con la descripción de un viaje onírico junto a su madre muerta. Los paisajes que describe (y las sensaciones) resultarán familiares a quienes vuelan por esos páramos.

Ternura (1924), con el que estoy ahora, es un libro de poesía escolar, o más bien todo lo contrario. Poemas de una madre que acuna a su hijo (o que se quedó dormida mientras lo acunaba y despertó sin él). Versos recios, pura fibra. El sueño (no el ensueño) es uno de los temas recurrentes. Elijo entre muchos textos memorables éste (y, ahora que Montano no mira, le sumo una musiquilla violeta):

La ola del sueño

La marea del sueño
comienza a llegar
desde el Santo Polo
y el último mar.

Derechamente viene,
a silbo y señal;
subiendo el mundo viene
en blanco animal.

Ha pasado Taitao,
Niebla y Chañaral,
a tu puerta y tu cuna
llega a acabar...

Sube del viejo Polo,
eterna y mortal.
Viene del mar Antártico
y vuelve a bajar.

La ola encopetada
se quiebra en el umbral.
Nos busca, nos halla
y cae sin hablar.

En cuanto ya te cubra
dejas de ronronear;
y en llegándome al pecho,
yo dejo de cantar.

Donde la casa estuvo,
está ella no más.
Donde tú mismo estabas,
ahora ya no estás.

Está la ola del sueño,
espumajeo y sal,
y la Tierra inocente,
sin bien y sin mal.

La marea del sueño
comienza a llegar
desde el Santo Polo
y el último mar.

8 comentarios:

Josepepe dijo...

Yo soy Lucila Godoy Alcayaga
Alias Gabriela Mistral
Primero me gané el Nobel
Y después el Nacional
A pesar de que estoy muerta
Me sigo sintiendo mal
Porque no me dieron nunca
El Premio Municipal
.

Nicanor Parra

Al59 dijo...

Lindo cabroncete este Parra. Un Campoamor con espumilla vanguardista.

Al59 dijo...

Yo conocí un labrador
que, celebrando mi gloria,
al borrico de la noria
lo llamaba Campoamor.

Anónimo dijo...

Gabriela es tan grande, tan grande..., que para poder decir algo coherente con ella, habría que emplear letras inmensas. Las A mayúsculas ocuparían el tamaño del abanico de los rayos del sol filtrándose entre las nubes. Y los puntos de las i serían como pequeños planetas. Y las S como las nebulosas más difusas... Pero nada podría igualar jamás el tamaño de su hondura emocional, de su capacidad para el drama y la representación verbal y rítmica.
Emocionados saludos y mi pesar por mi lejanía en estos días, tan de por sí lejanos.

Grifo

Al59 dijo...

Grifo: ¿conoces el poema que abre Tala? Lo traigo, por si acaso:

La fuga

Madre mía, en el sueño
ando por paisajes cardenosos:
un monte negro que se contornea
siempre, para alcanzar el otro monte;
y en el que sigue estás tú vagamente,
pero siempre hay otro monte redondo
que circundar, para pagar el paso
al monte de tu gozo y de mi gozo.

Mas, a trechos tú misma vas haciendo
el camino de burlas y de expolio.
Vamos las dos sintiéndonos, sabiéndonos,
mas no podemos vernos en los ojos, y no podemos trocarnos palabra,
cual la Eurídice y el Orfeo solos,
las dos cumpliendo un voto o un castigo,
ambas con pies y con acentos rotos.

Pero a veces no vas al lado mío:
te llevo en mí, en un peso angustioso
y amoroso a la vez, como pobre hijo
galeoto a su padre galeoto,
y hay que enhebrar los cerros repetidos,
sin decir el secreto doloroso:
que yo te llevo hurtada a dioses crueles
y que vamos a un Dios que es de nosotros.

Y otras veces ni estás cerro adelante,
ni vas conmigo, ni vas en mi soplo:
te has disuelto con niebla en las montañas,
te has cedido al paisaje cardenoso.
Y me das unas voces de sarcasmo
desde tres puntos, y en dolor me rompo,
porque mi cuerpo es uno, el que me diste,
y tú eres un agua de cien ojos,
y eres un paisaje de mil brazos,
nunca más lo que son los amorosos:
un pecho vivo sobre un pecho vivo,
nudo de bronce ablandado en sollozo.

Y nunca estamos, nunca nos quedamos,
como dicen que quedan los gloriosos,
delante de su Dios, en dos anillos
de luz, o en dos medallones absortos,
ensartados en un rayo de gloria
o acostados en un cauce de oro.

O te busco, y no sabes que te busco,
o vas conmigo, y no te veo el rostro;
o en mí tú vas, en terrible convenio,
sin responderme con tu cuerpo sordo,
siempre por el rosario de los cerros,
que cobran sangre por entregar gozo,
y hacen danzar en torno a cada uno,
¡hasta el momento de la sien ardiendo,
del cascabel de la antigua demencia
y de la trampa en el vórtice rojo!

Anónimo dijo...

Qué mala pata, Al... Vuelvo a no tener nada de tiempo. Voy flechado.
Necesito ayuda. La célbre Canción de la Mañana, Ciento volando. Tema en Si Mayor (?). Introducción estelar, leiv motiv divino... Todo. Me ha venido. Necesito grabación y no dispongo de ella. ¿No la hay en la red? ¿No se puede poner algo en un momento...? De memoria, no tengo idea. Y he de tocarla y de aprenderla sin que lo sospeche su autor, al que tendría que sorprender la semana que viene. Ayuda para un pobre sordo que no puede ver, un pobre ciego que no puede oír...
Muchísimas gracias. Y volveré sobre Gabriela y demás.
pero ese tema me ha 'cogido'. Y no podré ni dormir hasta que lo haga sonar. Por eso.
Saludos y esperanzas.

Grifo

Al59 dijo...

Sostaecho, Grifo. Tienes el tema aquí (puedes salvarlo y guardarlo en tu ordenador).

El tema estaba originalmente en Si mayor, pero cuando lo grabamos para el disco Daniel lo subió medio tono, a Do mayor. Tú eliges.

Anónimo dijo...

Muchísimas gracias, Al. No recordaba que lo hubiéseis grabado para el disco. Lo toco en Sí Mayor, una tonalidad muy oscura pero muy sonora. No sugiere la mañana sino el alba, una línea de cielo azul claro sobre fondo negro. La belleza y viveza de la melodía sugiere que esa oscuridad sea fresca y virginal. Pero no sé cómo voy a fundir el tema y ese acompañamiento 'mítico' de teclados. De entrada, no sé tocarlo; y menos, combinarlo con la canción. Necesitaría cuatro brazos. Pero, aunque mi religión sólo me conceda dos, lo voy a intentar. O mejor: la gran canción de Dani y tuya lo quiere intentar en mis teclados. Ella sabrá.
Gracias y ya irás viendo el resultado.
Un abrazo.

Grifo