Extraño prodigio éste de componer tanto, si no tan bien, cuando otras veces uno fatiga en vano las escalas y los acordes. Ellas son así.
Esta pieza es de las que, como diría el maestro Aníbal, no tienen chimpún (cadencia de dominante): va cruzando las tonalidades sin otra lógica que la propia, de modo que en un segundo estamos en la menor y en el siguiente en si bemol o fa menor. Todo sin llegar a perderse, pues tampoco es tan grande la pieza, ni el bosque (ya parque) zamorano que evoca.
4 comentarios:
Corto pero intenso. Como un viaje en tren de una sola estación.
O un viaje de DMT (dicen) :)
¿Dimethyltryptamine?
Sí. Por cierto que veo en la Wiki inglesa que no siempre el viaje es tan breve: «Taken orally with an appropriate MAOI, DMT produces a long lasting (over 3 hour), slow, deep metaphysical experience similar to that of psilocybin mushrooms, but more intense».
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