lunes, 28 de mayo de 2012

Quedan de ti


Llamándonos Ciento Volando, raro sería que no ensayáramos de ciento en viento, redescubriendo cada vez apenas un trocito del ya inmenso repertorio. Del ensayo del otro día, esta es la última pieza que grabamos, la más íntima y quizá la que mejor suena. Un clásico de Dani, remozado ahora en la voz de Luli, que estuvo a punto de incluirse en el disco que hicimos con Eliseo Parra y otros compinches, pero quedó fuera por accidentes varios.

Quedan de ti
una tarde hecha a mano y una invitación,
hablar de cosas tontas que en el fondo son
las horas dulces que ha tenido el día.

Y no pensar,
dejar que el tiempo pase para irte a buscar,
andar sin equipaje solo por andar,
solo por verte y por oírte hablar.

Sin más ni nada
solo por verte,
no sé hacer nada
más que quererte.
Y hoy que te apagas,
vengo a buscarte,
hay en tu cara
lluvia y cristales. 

Ya están aquí
tus ojos en verano, tu boca en abril,
las líneas de tu mano donde me perdí,
las cosas que me callo cada día,
tu falda al viento y la melancolía
de darte un beso
para perderte.
Mi corazón
que baila entre tus dedos y arde sin razón
cuando por la rendija azul de una canción
tú me apareces
sin yo llamarte,
ya que has venido,
voy a cuidarte.
Y algunas veces
no sé olvidarte,
saco un billete a
ninguna parte. 

Y están aquí
todos los días nublados que tiene Madrid,
abrazos caducados, lunas sin abrir,
pinceles para retocar sonrisas,
recetas de aire, menta y yerbaluisa,
besos robados al fondo del mar
como un abismo de amor y sangre.

Y hacer viajes,
ponerte nombres,
dejar que viajes
a mis rincones;
pintar la tarde
de otros colores,
hacer encajes
con los amores. 

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