Cadencias épicas
y fosas sépticas:
luchan los héroes
contra sus miércoles.
Con la pereza
propia del caso,
cardan la fibra
de su fracaso.
Riman las cosas
con sus esquemas,
víctimas rotas
de la marea.
Llega el silencio
con su voz rubia
y las anécdotas
jácinsi turbias.
Ojo por ojo
guiñan las copas
sus espesuras
más esponjosas.
Rimas caducas,
arcos de hielo;
lo que fue nombre,
sólo es adverbio.
Vuela la rosa al
abecedario,
vuelven las fosas
a sus osarios.
Todo es lo mismo
y es otra cosa
—tornan cometas
las mariposas.
Vida en ayunas,
muerte en directo;
frías las sumas,
humo los restos.
Vencen las deudas
sus atavismos.
Almas de trapo
sellan el ritmo.
Arden los hábitos
del ruiseñor.
—Noli me tángere.
—No es a ti, no.
Luchan los márgenes
contra sus jueves.
Bajo las uñas,
sueña la nieve.
2 comentarios:
Suena muy bien. Me gustaria entenderlo.
Gracias, Miguel. Eso mismo podemos decir, con razón, de todo: que nos gustaría que Fulano, el pulso del tiempo o el álgebra fueran más comprensibles, o nosotros más capaces de comprenderlos. Sin embargo, estamos donde estamos, viendo lo que vemos, ni más ni menos. Y no es poca la comunicación que cabe en esas condiciones, ¿no?
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