De la megalomanía a la paranoia. Se dice a menudo que la Movida fue apolítica. El punk, sin embargo, no lo fue. Y las fronteras entre ambas cosas eran harto borrosas cuando se grabó esta canción, que tiene un pie en el funk y otro en la onda siniestra.
Mañana nos vemos en Piccadilly, dijo Carlos Berlanga a sus compañeros Pegamoides cuando acabaron de ensayar el 23F de 1981. La Movida podía ser apolítica, pero solo era posible dentro de una democracia, tan preocupada en cuajar que dejaba, entre tanto, hacer de todo a sus polluelos (ya se resarcirían tiempo después los de arriba regulándolo todo, hasta la gayola).
Bajo las coordenadas de la Movida, no cabía otra canción política que una reconstrucción sarcástica de la canción protesta, llevándola a extremos apocalípticos (que, por otra parte, no le eran ajenos) para reventarla gozosamente. ¿Qué harías tú / en un ataque preventivo de la URSS? (Cambiar de champú, aparentemente.)
Desconfía de la CIA, dice el letrista, pero su retrato de los hombres con corbata que acechan la ciudad, decididos a gobernar, recuerda más bien a los yuppies y a los cuadros emergentes del PSOE. (Con lejano guiño, o mera sincronía, a los hombres grises de Momo.)
La cinta ofrece dos versiones de la canción. De la primera a la segunda, en que se incorporan las muchachas de feliz recuerdo, cambian bastantes cosas: con el riff memorable del bajo, la canción toma cuerpo, y la letra se define mejor. De repente, a pesar del sonido precario, el grupo parece a un paso de tomar un estudio de grabación y hacer eternas a sus cantantes gogós, en la vena que poco después explotarían Objetivo Birmania, Aerolíneas Federales y Dinamita Pa Los Pollos. No way!
Como se trata de escandalizar, además de un elogio del adulterio (recurre a la vecina, te puede hacer feliz; Manolo está en Vigo, lo puedes conseguir) —aún estaba reciente la Ley del Divorcio—, no falta una apelación a la lucha armada (coloca una bomba en tu ayuntamiento / en el Parlamento). En su versión de Jimmy Jazz, cantaban Kortatu que su héroe puso 20 kilos de Goma 3, / mandó a tomar por culo todo un cuartel. La desconfianza hacia el Gobierno y sus perros de presa (Mucha policía, poca diversión) es aquí la del drogata preocupado por el coche de la Plas, no la del héroe etarra del fétido Rock Radikal Vasco. Pero son los amorales 80, y hay cierta confluencia entre la frivolidad y el crimen: si Manson y Vicious se tatuaban (o pinchaban) esvásticas, decididos a molestar, no es raro que los jóvenes punkarras madrileños encontraran divertido insinuar cierta complacencia con ETA o los GRAPO —siempre dentro de una parodia paranoica en la que todo exige tomarse con una miga de sal.
A pesar de la distancia infinita (entre los 60 y los 80 parece haber transcurrido una era geológica), la voz cantante anima al protagonista a escapar (No lo pienses más, vete y sal corriendo), no sabemos de qué ni a dónde, al modo de la quinceañera de She's Leaving Home. Pero aquí no hay empatía con los padres abandonados: más bien resuena el eco de Kaka de Luxe (Rosario se ha escapado, se ha ido de su casa; ha matado a su padre con una lata, ha matado a su madre con una lata) —a los que tampoco hay que imaginarse predicando el parricidio literal (nuestros punkis del Rastro habían leído a Freud y sabían en qué consiste la muerte del Padre). El cinismo filial, por otra parte, nunca desaparecería del todo de nuestro pop, aunque para cuando lo retoman los Ronaldos el adiós es más bien un hasta pront (hasta que acabe la farra y haya que volver al nido) y, lejos de aspirar a la independencia, se asume con desenfado la dependencia económica (Adiós papá, adiós mamá, consíguenos un poco de dinero más).
(Como nota final, el comentarista, que soy yo, confiesa que encuentra turbador lo bien que encajan estas canciones en su momento: parecen emanar con tanta naturalidad de él que a poco le hacen a uno creyente en eso que llaman el espíritu de los tiempos, el Zeitgeist.)
2 comentarios:
(Letra de la segunda versión)
Un grave peligro acecha la ciudad,
hombres con corbata que quieren gobernar.
Zombies camuflados andan por ahí
con pijama blanco y gorro de dormir.
Desconfía, desconfía,
desconfía, desconfía
de la CIA, de la CIA. (bis)
Recurre a la vecina,
te puede hacer feliz;
Manolo está en Vigo,
lo puedes conseguir.
No lo pienses más,
vete y sal corriendo,
coloca una bomba
en el Parlamento.
Desconfía...
Me encanta la segunda versión. Pero se nota que es versión primeriza, sin pulir del todo.
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