Esta madrugada murió mi tío y tocayo. No nos veíamos desde hace muchos años, pero cuando yo era niño, hasta los doce o trece quizá, no pasaba la semana sin que echáramos una partida al ajedrez (que siempre ganaba él) o charláramos de esto o lo otro. Era un hombre fornido, que parecía (o era) muchos años más joven que su DNI, y a la enfermedad le ha costado tiempo separarle de su mujer y sus hijas, a las que amaba entrañablemente. Me preparo para salir (el tanatorio, Madrid, esperan) y pasan por mi cabeza recuerdos agridulces e ideas siniestras (un día, nadie sabe cuán lejos, alguien también empacará sus cosas para acudir a despedirse de mi sombra). De todo lo que he escrito, que es mucho y demasiado, al final lo que realmente me emociona tiene que ver con los seres queridos que perdí prematuramente y aquellos años de mi infancia. Van por ti estos versos, tío, y esta extraña canción de despedida que solía cantar la Incredible. Nos vemos.
Retorno a los columpios
Pues no existe regreso, y sin embargo en algún sitio queda todo aquello: los parques y las anchas barandillas, los gatos y la gente que nos quiso. Aquellos que quisimos nos habitan. Los que nunca nos dejan son eternos.
Siento lo de tu tío. Esos recuerdos de niñez son especialmente poderosos, más que los de la adultez en que los días se suceden inexorables sin esa magia de aquel tiempo. Algún día, como dices, nuestras sombras se despedirán y alguien empacará para saludarnos por última vez y espero que alguien nos dedique un sentido recuerdo como éste.
No es una idea siniestra, mi querido Alejandro, es asunto natural, lo que pasa es que metemos mucha idea, tu tio esta contigo, punto, yo te mando un abrazo, punto y seguido...
¿Cabría "eterno" retorno a los columpios? Hay un concepto que subyace en esa carrera de relevos: generación. Un amigo purgó en una novela la imposibilidad de haberse despedido de su padre cuando lo perdió para siempre, pues andaban enemistados. Hace poco, su hijo, alumno suyo en un máster, le dio un abrazo después de la primera sesión y le dijo que estaba orgulloso de él,y lo invitó a cenar. Acababa de reconciliarse con su padre.
Uno sólo valora lo que tiene cuando lo pierde, cuando lo echa de menos. Eso me dijo un amigo. Yo tiendo a echar de menos lo que perdí cinco minutos antes, al amigo que se va justo cuando cierra la puerta tras de sí. Con la ventaja de saber que pronto podré verlo. Pero cuando el tiempo dilata el reencuentro, o cuando eso deja de ser así, el frío es demasiado interno. Aún así, si quieres un abrigo que te arrope ya sabes dónde me tienes.
Que no hay muerte, ni muerto que lo pueda contar, tampoco vida sin esas todas sus muertes y así en éste recordatorío vive su tío feliz y en su recuerdo. Le envío mi pesar y una canción que habla de los recuerdos de un viejo que en ésta canción reviven hasta cualquier boca que los quiera cantar y con ella nosotros un poco también
De todas formas, aunque no sea suficiente, siempre es mucho lo que se queda con nosotros. Al fin y al cabo, somos, sobre todo, memoria y un poco de piel con que tocar la vida.
Gracias a todos. Fue un día difícil, pero la vida supo endulzarlo a su manera. Encontrarme de vuelta comentarios tan gentiles le anima a uno a cualquier cosa.
Uno de mis tíos fue la primera persona que me dio a conocer la literatura por lo que puedo, creo, imaginar tu pérdida. Además, tampoco lo veía desde hace mucho tiempo. Realmente no teníamos ninguna relación pero siempre le agradeceré el haberme descubierto el mundo del libro. Me alegra el haberme encontrado contigo, viejo compañero de facultad, y de verte tan activo. Un abrazo. Alfonso.
Disculpa, Alejandro... quería decir "uno de mis tíos que desapareció hace apenas un año", vaya zamfoño estoy hecho. Ayer tenía un hambre más noctívaga que zamfoñera. Un abrazo.
12 comentarios:
Siento lo de tu tío. Esos recuerdos de niñez son especialmente poderosos, más que los de la adultez en que los días se suceden inexorables sin esa magia de aquel tiempo. Algún día, como dices, nuestras sombras se despedirán y alguien empacará para saludarnos por última vez y espero que alguien nos dedique un sentido recuerdo como éste.
Los versos finales de su 'Retorno' lo dicen todo. Un abrazo.
No es una idea siniestra, mi querido Alejandro, es asunto natural, lo que pasa es que metemos mucha idea, tu tio esta contigo, punto, yo te mando un abrazo, punto y seguido...
¿Cabría "eterno" retorno a los columpios? Hay un concepto que subyace en esa carrera de relevos: generación. Un amigo purgó en una novela la imposibilidad de haberse despedido de su padre cuando lo perdió para siempre, pues andaban enemistados. Hace poco, su hijo, alumno suyo en un máster, le dio un abrazo después de la primera sesión y le dijo que estaba orgulloso de él,y lo invitó a cenar. Acababa de reconciliarse con su padre.
Aquellos que quisimos nos habitan.
Los que nunca nos dejan son eternos.
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Poco más se puede añadir. Un abrazo, quizá.
Uno sólo valora lo que tiene cuando lo pierde, cuando lo echa de menos. Eso me dijo un amigo. Yo tiendo a echar de menos lo que perdí cinco minutos antes, al amigo que se va justo cuando cierra la puerta tras de sí. Con la ventaja de saber que pronto podré verlo. Pero cuando el tiempo dilata el reencuentro, o cuando eso deja de ser así, el frío es demasiado interno. Aún así, si quieres un abrigo que te arrope ya sabes dónde me tienes.
Que no hay muerte, ni muerto que lo pueda contar, tampoco vida sin esas todas sus muertes y así en éste recordatorío vive su tío feliz y en su recuerdo. Le envío mi pesar y una canción que habla de los recuerdos de un viejo que en ésta canción reviven hasta cualquier boca que los quiera cantar y con ella nosotros un poco también
http://es.youtube.com/watch?v=O8ZYfTVsRDQ
H.
Te acompaño en tu pérdida, amigo.
De todas formas, aunque no sea suficiente, siempre es mucho lo que se queda con nosotros. Al fin y al cabo, somos, sobre todo, memoria y un poco de piel con que tocar la vida.
Un abrazo fuerte.
Gracias a todos. Fue un día difícil, pero la vida supo endulzarlo a su manera. Encontrarme de vuelta comentarios tan gentiles le anima a uno a cualquier cosa.
Uno de mis tíos fue la primera persona que me dio a conocer la literatura por lo que puedo, creo, imaginar tu pérdida. Además, tampoco lo veía desde hace mucho tiempo. Realmente no teníamos ninguna relación pero siempre le agradeceré el haberme descubierto el mundo del libro. Me alegra el haberme encontrado contigo, viejo compañero de facultad, y de verte tan activo.
Un abrazo.
Alfonso.
Bien hallado, amigo Zamfoño. Veo que los noctívagos siguen en vuelo. Enhorabuena.
Disculpa, Alejandro... quería decir "uno de mis tíos que desapareció hace apenas un año", vaya zamfoño estoy hecho. Ayer tenía un hambre más noctívaga que zamfoñera.
Un abrazo.
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