domingo, 4 de abril de 2010

Por qué se ríen los gules


En casa de mi padre encuentro novedades extrañas: libros que durante la mayor parte del año parecen vivir sólo en mi memoria, y que de repente se materializan de forma sorprendente, como si uno pudiera volver al pasado y jugar con sus objetos. Este libro en concreto tiene una larga historia: el autor fue amigo de la familia, y yo me crié con sus ediciones de H. P. Lovecraft para Alianza, con sus prólogos extraordinarios, que sólo pueden compararse con los que solía hacer Cansinos Assens para Aguilar.

Hubo un curioso empeño en los 70 de introducir en España algunos movimientos realmente esotéricos (quiero decir, ajenos al quiosco), entre ellos una suerte de neopaganismo que en vez de invocar a los Olímpicos o a los dioses nórdicos rescataba a los dioses egipcios, entronizando a uno de los menos conocidos, Kons.

Hay curiosas huellas de este nuevo club de egipcios en libros y películas de los 70 y 80: García Calvo los menciona con repelús en sus Cartas de José Requejoy pensar que vienen de Sevilla, la tierra de la Inmaculada!), y recuerdo que me quedé de piedra una noche cuando el protagonista de un corto insulso que echaban por la 2, un gordito incomprendido que se había subido al capó de un coche, recitaba sin venir a qué algunas líneas de un texto sagrado de la orden: creo en el universo, mi cuerpo infinito.

La filtración más notable, en todos los sentidos, de esta escuela neogipcia es el libro del que quería hablarles: El novísimo algazife o Libro de las postrimerías, de Rafael Llopis. Se publicó en Hiperión en 1980, y debió de agotarse poco después. Hoy no se encuentra, ni siquiera de segunda mano.

El título avisa de la conexión lovecraftiana: el libro clave de los Mitos de Cthulhu, generalmente conocido como Necronomicón, se llama en árabe Al-Azif, algazife. Llopis, especialista en Lovecraft, nos ofrece un Nuevo Algazife o Necronomicón: un libro escrito en broma que continúa en cierto modo, subvirtiéndola, la labor de una obra anterior: la Historia natural de los cuentos de miedo (Júcar, 1974). En 1974, Llopis hablaba de la literatura de terror desde la perspectiva de un psiquiatra escéptico que contempla con una sonrisa la fantasía humana. En 1980, tras la experiencia neoegipcia y algunas otras (como la lisérgica de la que nos habla en el prólogo de los Viajes al otro mundo de Lovecraft), haciendo pie en Jung, Castaneda y otros maestros, Llopis nos habla desde dentro: se ha convertido en portavoz y cómplice de las criaturas de la noche.

Tras este paso hacia fuera, que pasó desapercibido, Llopis dio dos hacia atrás, de vuelta al secreto: desapareció del mundo editorial y rara vez volvió a hablar en público sobre Lovecraft o cualquier otro tema. Me dicen quienes lo han visto que sigue más activo que nunca, convertido en un anciano vigoroso, al modo de Gandalf. Cabe, así, soñar sus aventuras secretas, que quizá trasciendan (o no) más adelante, por boca de alguno de sus discípulos.

Rescato aquí un fragmento de aquel Novísimo Algazife (cap. 8, De masticatione mortuorum, pág. 42). Que lo disfruten.
Evidentemente, muchas de las diferencias más notables que se registran entre vampiros y gules se deben a las distintas pautas alimentarias de los mismos. Pero a la inversa —y éste es un detalle curioso que merece consignarse— los hábitos análogos y un tipo de alimentación similar pueden modelar a seres muy distintos hasta proporcionarles rasgos típicos comunes. Así, sin que se sepa exactamente en virtud de qué mecanismos, los gules, al igual que las hienas, son muy dados a reírse de noche. Nadie sabe tampoco de qué se ríen ni qué motivos pueden tener para hacerlo, pero es un hecho observable que en las horas de oscuridad de algunos cementerios se oyen coros de ásperas carcajadas muy desagradables de escuchar. Si algún caminante extraviado sintiera tentaciones de acercarse a averiguar qué es lo que despierta tan ruidosa hilaridad, yo le aconsejaría que no lo hiciera. Pudiera suceder que el motivo de tantas risas fuera precisamente él.


2 comentarios:

Guely of Sweden dijo...

Hoy por hoy, este es el libro que más busco (que créo que ya tengo todos los pocos demás). Sabes algo más de Llopis? como contactarlo o algo asi?
Lindo blog.

Al59 dijo...

Salud, Guely. Dado que es libro descatalogadísimo, traeré por aquí algunos fragmentos más, que bien nos los merecemos. Me encantaría brindarte un contacto con el autor, pero no sé por dónde para (la última vez que alguien me dijo haberlo visto andaba de visita por el Parador de Ti Mismo; prueba si quieres allí).