lunes, 1 de julio de 2013
La Virgen Sangrienta
En el folklore de los niños de la calle de Miami, Bloody Mary (llamada también la Llorona) es la Virgen María —pero, por razones desconocidas, se ha rebelado contra su Hijo, convirtiéndose en una figura siniestra capaz de asaltar el Cielo al mando de un ejército de demonios y poner a Dios en fuga. El mismo Satán la teme. Sus ropas se mueven siempre como si el viento las agitara, incluso cuando aparece en una habitación cerrada. Con su rosario rojo, golpea a los niños en la cara y los mutila antes de matarlos. Llora lágrimas de sangre y se alimenta del miedo de sus víctimas; cuando algún niño muere en un tiroteo o es asesinado, canturrea llena de alegría. Su lugar como figura protectora lo ocupa otro personaje, la Dama Azul, que vive en el océano, pero acude siempre que es necesario a salvar a los niños que la invocan utilizando su nombre secreto. Bloody Mary es especialmente cruel con las niñas sin hogar, cuyos brazos rasca con sus garras bajo la piel, arrastrándolas para convertirlas en sus esclavas, en adictas al crack o integrantes de las bandas callejeras (gangs). Sin embargo, una niña de cada mil es, por su bondad y bravura, una Chica Especial: cuando Bloody Mary topa con una de estas Chicas, su figura se desvanece y aparece en su lugar un rostro bello y luminoso que brilla en la oscuridad. Es el rostro que tenía María antes de hacerse malvada.
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