A veces se establece una conexión con la gente tan profunda que roza lo parapsicológico. Hoy me ha traído mi amigo Jose Maestro esta canción maravillosa de Rosa León, Punto y raya, grabada en 1975, porque la escuchó y pensó que bien podría ser mía, por la armonía, la melodía y los arreglos:
Pero no es que pudiera ser mía. Es que resulta que yo, sin haberla escuchado nunca (que recuerde), compuse esta misma canción, hacia 1993 (¡pero nunca se la había tocado a Jose!). Cantinera de azar, la llamé. Y así sonó ese año en directo, en La Sala (Madrid), con Dani a la flauta y la segunda voz, y yo mesmo al teclado, la guitarra y la voz (por llamarle algo):
1 comentario:
Caigo ahora en que hay más sincronismos de por medio. Me comentaba Dani no hace mucho, sobre una canción suya, Cumpleaños en Ciudad, que a veces se compone de forma un tanto sonámbula, sin saber muy bien qué se dice ni a quién, hasta que llega un momento en que el sentido aflora inesperadamente. Le sucedió a él con esa letra, que cobró sentido con la muerte de nuestro amigo Antonio, Aker. Yo tampoco he sabido nunca muy bien de qué va Cantinera de azar; pero llevo varios días enfrascado en las clases de Latín y Cultura Clásica con el mito de Orfeo y sus vueltas de tuerca modernas (Orfeo Negro, el Orfeo de Cocteau). Y si la letra no es la historia de un descenso al abismo, una katábasis, es que no sé leer: 'Caminando hacia el fondo, / destejiendo el disfraz. / Cuando corra el cerrojo, / ya no mires atrás'.
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