No me atrevo a decírtelo. ¿Qué culpa
tienes tú de que sienta lo que siento?
La luz ciega o nos falta y no culpamos
por ello a las estrellas. Desde lejos
(tan lejos como puedo) te atesoro,
tomando de ti solo lo que dejas
en público usufructo. No eres mía
pero en mí te entrometes, te complicas
sin piedad en mi amor o mis recuerdos,
ocasión de un afecto que asesino,
de un verso que no dice la que eres
pero eres tú también. Descanse en orden,
meciéndose en los números sin número
que rigen las palabras. Mientras tanto,
un día de los días tú las lees
y dudas si eres tú. Tal vez lo creas.
2 comentarios:
Una hermosa canción.
Ciertamente.
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