Río sin orillas, puerta sin llave. Preparo una clase de Literatura. El protagonista de El cuento del Grial, aún sin nombre, deja la corte del rey Artús para volver a su casa, donde confía encontrar a su madre, sin saber que ésta ha muerto de dolor por su ausencia. En el camino, topa con un río de aguas rápidas y profundas, sin vados, puentes ni barcas. No logrará pasar.
Meses atrás, le daba vueltas a un par de coplas populares, y ahora vuelven, plenas de sentido.
¿Cómo quieres que vaya
de noche a verte
si hay un río en tu puerta
y no tiene puente?
*
Una vez que fui a aceitunas
con unas aceituneras,
me hicieron pasar el río
sin puente y sin pasarela.
de noche a verte
si hay un río en tu puerta
y no tiene puente?
*
Una vez que fui a aceitunas
con unas aceituneras,
me hicieron pasar el río
sin puente y sin pasarela.
El poeta (casi) inédito lleva más de un año pensando si llama o no a la puerta que podría ocultar lo que desea. Esta noche ha sentido que ya no tenía opción: intentarlo se había convertido en una necesidad. La carta está echada. En breve, las aguas se abrirán o se lo llevarán por delante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario