De entre las muchas canciones de Canned Heat, hay dos tan extraordinarias que no resulta abusivo cifrar en ellas su aportación al mundo. Si en On the road again hurgaron en las profundidades narcóticas del género, en Going up the country lograron echarlo a volar, ligero de equipaje, con esa flauta impagable que, en vez de clavar las blue notes, enfatiza despreocupadamente la tercera mayor.
Tras años considerando que este arreglo de flauta (que tan perfectamente complementa la voz de niño regordete de Wilson) traía el blues a territorio indio (o sea, hippie), sorprende descubrir que en realidad es un arcaísmo. Going up the country rehace Bull Doze Blues, un tema grabado en 1927 por Henry Thomas.
La letra del Blues del derribo no es gran cosa (sólo ese acierto enorme: If you don't believe I'm sinking, look what a hole I'm in), pero la melodía encantada de la flauta ya está ahí, interpretada con una variante de la flauta de Pan, las quills, que resultan ser el antepasado verde de la armónica. Helas:
Con tan buen material de partida, Canned Heat hizo importantes mejoras. El patrón travieso del bajo (de curiosas resonancias), la melodía de la voz (que se hermana con la flauta) y la nueva letra, hija (ella sí) del momento: Dejaré la ciudad. Voy campo arriba, donde el agua sabe a vino, donde puedes chapotear y estar eternamente borracho. Es un juego nuevo, y tengo ganas de jugarlo. Iremos donde nunca hemos estado. ¡Hasta podríamos salir de los Estados Unidos!
2 comentarios:
Sólo gracias por el empacho de blus de estos días, que me ha descubierto alguno que otro desconocido.
Gracias a ti. Aún quedan algunos en la pista de salida, aunque no sé si habrá sorpresas: son más bien clásicos.
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