Repasar traducciones en ca Azúa me ha traído a la memoria (aún más que de costumbre) al buen Rafa Herrera, guitarrero y cazador de versos donde los haya. Hace muchos años editaba yo un pequeño fanzine de poesía, La rosa por defecto. En la página 18 del primer número (1995) siguen creciendo:
Érase una vez, cuando estaba vivo,
que es que estaba vivo, y sabía verte
cómo me plantabas en las entrañas
rojas granadas
que se reventaban de amor por ti
y llenaban todo del jugo dulce
y un poquito sucio de las granadas
cuando se abren.
Érase una vez que la tierra puso
una piel tan dura sobre mis venas
que hasta las granadas que me crecieron
ya no se abren.
que es que estaba vivo, y sabía verte
cómo me plantabas en las entrañas
rojas granadas
que se reventaban de amor por ti
y llenaban todo del jugo dulce
y un poquito sucio de las granadas
cuando se abren.
Érase una vez que la tierra puso
una piel tan dura sobre mis venas
que hasta las granadas que me crecieron
ya no se abren.
Rafael Herrera, De más allá de la espuma
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