martes, 2 de junio de 2009

Chocolate


Mañana me toca volver al tajo, después de tres meses de descanso. Siento más inquietud que ilusión. Por la razón que sea, el cuerpo ha dejado de pedirme dulce con la intensidad de antaño; pero cuánto me reconozco en estos versos del 2008, que había olvidado.

Chocolate con leche, con almendras y pasas,
con formas invitadas, con esdrújulas,
con restos de parábola.
Un niño entra en sospechas, una flauta
raspó su corazón. Unas por otras,
las horas se conceden ilusiones
por las que desistir. Arde el catálogo
de nuestras inquietudes. Animales
domésticos inundan el lugar.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Has estado 3 meses de descanso AL! Quién los pillara! Yo salgo de una y me meto en otra, ahora en el curro están actualizando la versión de software de edición todo éste mes, otra movida más. Podíamos haber quedado algún día, ya tengo pruebas grabadas.
Un abrazo.
D.

Al59 dijo...

Descanso relativo, D. Pedí una licencia de tres meses, no retribuida, para trabajar en mi tesis doctoral. Por fortuna, pronto viene el verano. Si no nos disolvemos (el calor por aquí es agobiante), podremos vernos y avanzar.

Gharghi dijo...

No conocía yo estos versos. Empiezan dulces mas tornansé ilusorios, amargos incluso, como chocolate al 80%.

Al59 dijo...

Ja ja. Caladísimo me tiene usted, don Gharghi.

Juan Poz dijo...

Tres meses son, en efecto, por más que se aprovechen, tres salpicaduras en una gota fría. ¡Llevo yo un año de espanto para un mísero DEA! ¡Qué no será atreverse con una señora tesis en la que, por definición, se ha de sentar cátedra sobre lo que sea! Con todo, la liberación del yugo diario de las clases es algo impagable -pero muy costoso, en caso de los asuntos propios- y algo a lo que deberíamos de poder tener derecho, con retribución incluida, cada cierto número de años: ¡a la desintoxicación!
Me alegro de que progrese, Alejandro. A ver cuándo nos da un anticipo o una propinilla, como se lo quiera tomar