domingo, 20 de septiembre de 2009

Falso pero cierto


Con algunos autores, uno nunca vuelve de vacío. Poco importa que hayan quedado desfasados, o que algunas de sus propuestas se consideren hoy erróneas, delirantes o (lo que es peor) banales. Siguen despiertos —vivos. Mircea Eliade es uno de ellos, y esta cita de Fragmentos de un diario (Madrid: Espasa-Calpe, 1979), uno de sus libros 'menores', hace justicia al fenómeno:

17 de diciembre [de 1962]

La lectura de una carta de Nietzsche a Rohde, del 4 de agosto de 1871, me informa de la existencia de un cierto Ribbeck, profesor de filosofía en Kiel. Debo recordar este nombre. Me servirá en mis discusiones con «los sabios». En efecto, Ribbeck había leído el Origen de la tragedia —pero en una carta a Rohde se había negado a tomarlo en serio, con el pretexto de que el libro no estaba basado en «testimonios o pruebas».

Lo más divertido de esta historia es que Ribbeck quizá tenía razón, pero en la cultura es Nietzsche el que ha triunfado. No es el espíritu filosófico el que ha sido creador de cultura, sino la adivinación, el pathos, la imaginación, en una palabra, el Error (con mayúscula y subrayado).


*

Magníficos diarios, por cierto. Alguien podría decir que han envejecido mucho mejor que el resto de su obra. No todo son sesudas reflexiones. Abundan los chismes y desahogos, los bombones con sabor de época. Resulta muy divertida la relación con Jung y su entorno, a quien Eliade respeta, pero trata con cierta ironía. Esta anécdota (pág. 118):

21 de junio [de 1952]

(...) Una admiradora de Jung, una mujer de cincuenta años, vivía en una villa, en la montaña, a unos kilómetros de la Casa Gabriella; en cuanto se enteró de que Jung se bañaba todas las mañanas, a las siete, se le adelantaba un cuarto de hora y le esperaba en la orilla, en traje de baño. Le gustaba nadar junto a Jung en el lago Maggiore, sentía que nadaba en el inconsciente colectivo.

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La confesión la he escuchado más de una vez, de quien podía importar. La visión romántica o bachelardiana de la mitología, confesaba GG, no es válida para los filólogos; pero sí para los poetas. Joseph Campbell, anotaba otro sabio, era un simplista —pero sin su monomito no tendríamos Starwars ni Doctor en Alaska.

Con qué alegría compruebo que la autoridad de Jung, quizá el más desacreditado de aquellos sabios del siglo pasado, ayudó a columbrar la obra que me mantiene vivo estos días: la serie de cómic Sandman, de Neil Gaiman. El primer volumen de la Absolute Edition trae como extra la propuesta original que Gaiman hizo en 1987 a DC Comics, explicando su visión del personaje. El documento contiene una única cita, que sella la primera página (pág. 546):

Hemos olvidado ingenuamente que bajo nuestro mundo de razón yace enterrado otro mundo. No sé lo que la humanidad tendrá que pasar antes de que se atreva a admitir esto. —Carl Jung.


10 comentarios:

Joselu dijo...

La idea de que detrás de este mundo hay otro entre los que hay que encontrar las correspondencias a base de símbolos, enigmas o alegorías, vertebra la historia de la humanidad. Me desalienta del mundo en que vivimos, pragmatico y casi me atrevería a decir que vulgar, en que todo se orienta al "esto es lo que hay", "así son las cosas". Me gusta, me atrae, me fascina pensar que este mundo es imago de otro mundo invisible y paralelo -o paralelos-. Creo que nos falta sobre todo capacidad, intuición poética -y filosófica-. También me hubiera gustado bañarme con Jung en ese lago por las mañanas. Un saludo.

Juan Poz dijo...

¿Bajo el mundo de la razón o "contra" el mundo de la razón? No me parecen mundos paralelos, ni junto, paralelos, ni separado, para lelos. Se trata de una agonía, de una lucha constante y muy equilibrada en la que, por razones o por sinrazones, acabamos nosotros reforzando a uno de los contendientes, privilegiándolo. Me alegra que esos Fragmentos de un diario sean apreciados. Tuve que leer el libro para un trabajo académico y me lo pasé en grande, sobre todo porque, frente a la prosopopeya y trascendentalitis de los dietarios, Eliade aprecia los diarios en los que se cuentan las cominerías de la vida cotidiana.

Al59 dijo...

Paralelos quizá no. Pero sin duda contiguos los tres: el mundo, el inframundo y ese contramundo que sugieres. Otros hablarían de la realidad y sus márgenes. Lo que es seguro es que el 'mapa' oficial o consciente no cubre todo el territorio, todo lo que hay.

Al59 dijo...

(Otros hablaron de un piso superior: la superrealidad. El caso es explorar los márgenes.)

Gharghi dijo...

O salirse de ellos (márgenes).

Alejandro Vázquez Ortiz dijo...

Creo que lo mejor que se puede hacer por estos dos mundos, el del Reino del revés (http://www.youtube.com/watch?v=_wr75l3MxRU) y este otro el mundo del derecho, sería emborronar las fronteras. Sacar el MILAN y darle duro a esa frontera... para ver que son el mismo, que ni uno ni otro...

Eso ya lo sabían los gallegos, con tanto bosque en flor, es imposible confundirse.

Salud!

M. Domínguez Senra dijo...

Con todos los respetos, algo me dice que la "anécdota" es falsa.
Saludos, Al.

Al59 dijo...

Bueno, la vida no es siempre verosímil, Marta. Yo creo que cosas así pueden pasar. Es cierto que a Eliade se lo contó una mujer del entorno de Jung, así que la anécdota nos llega de tercera mano. Quizá la que se presenta como costumbre sólo sucedió alguna vez.

Kerigma dijo...

Buenas Alejandro. Llevo un tiempo desconectado del mundo bloguero, pero me he puesto al día con el tuyo.

http://laveredadeatras.blogspot.com/

Ponte tú al día tambien, jaja.

Un saludo y sigue haciendolo igual de bien con este campo de fresas.

¡Salud!

Luis (Flamel) dijo...

Aveces navegar por la red es sinonimo de naufragio,pero hoy llegue a buen puerto al conocer este blog.
Tiro el ancla por aqui.

"Hay otros mundos pero están en éste." decia Paul Eluard.

Saludos desde Montevideo. Luis.

PD:si queres visita mi guarida www.usaelreflejo.blogspot.com.