Seguimos el maestro Aníbal y yo con la discreta locura de hacer una Suite de danzas al modo barroco. Tras la Allemande, le toca al turno a la Courante, que contrasta con la Allemande en varios sentidos: tiene ritmo ternario en vez de binario y un tempo mucho más vivaz. Me sugirió el maestro que esta vez integrara en la danza algún elemento impresionista —así que la segunda sección de la danza está en modo lidio, uno de los favoritos según creo de Debussy, y desde luego uno de los míos. El registro del melotrón virtual me recuerda algún pasaje de los Cuadros de una exposición de Mussorgsky pasados por Emerson, Lake & Palmer. ¡Hermosos recuerdos!
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