Discurríamos estos días mi amigo Sergio y yo sobre las canciones tristes con música alegre (bailable, incluso). Esta, la última de momento de La Bossa y la Vida, pienso que ilustra bien el caso. Así de bien la canta Fátima, y así marcha la cosa:
Cara de que no me quieras,
cara de que me dé igual;
caras que nos salen caras,
caras que colorear.
Cara de que te pregunten
lo que piensas de verdad;
cara de que no les guste,
cara de dejarlo estar.
Cara de que te recuerden
todo lo que hiciste mal;
cara de cruzar los dedos
para volver a empezar...
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