lunes, 26 de diciembre de 2005

El fondo del vaso



En el último tramo de la carrera de los Beatles, gracia y gravedad mantienen un pulso desigual. En la película Magical Mystery Tour, estrenada un día como hoy de 1967, las canciones excelentes sobrevienen a pesar de un clima de alegría forzada y resacosa, a tono con las fechas, que anticipa la angustia devastadora de Let It Be. Más allá del éxito y de la muerte del padre (Epstein), los niños millonarios intentan explotar esa magia que les han dicho que tienen, pero que, elevada a conciencia, comienza inmediatamente a hacer agua. El único misterio, ya apenas secreto, es que la meta del viaje es la disgregación. No habrá más magia. En el tiempo que les resta, las grandes canciones que quedan ya no serán armonías lisérgicas, sino heridas descarnadas como Don't Let Me Down o The Long and Winding Road.

6 comentarios:

Juan Poz dijo...

La película era horrible. Nada que ver con las canciones, claro está. Después vino Let it be y nos dejaron con un excelente sabor de boca, intervención policial incluida. A través del fondo del vaso era como Lennon veía la realidad: sub especie grotesca, y él en el centro, el gran payaso de la imposible revolución. Con todo, cuanto de ella fue capaz de hacer entre bufonadas. Alguien dijo que Paul era un blando y John un duro. Al final, y ahí está Double Fantasy, se vio que el melódico hogareño dulzón era nuestro megalómano entrañable.
Don't let me down es, sencillamente, desgarradora. ¡Y fue la cara B de Hey Jude!, si no recuerdo mal...

El Sablista Escapista dijo...

Conocí a principios de los 70 aun beatlemaníaco agudísimo. Me explicaba como había estado presente en la terraza de Abbey Road mientras grababan el Get back. A Lennon, aseguraba, se le atragantaba el punteo. Él, desde atrás, le corregía. Para mejor explicarlo, mi amigo tocaba una fender imaginaria y a base de simlísticos gruñidos evocaba los acordes correctos.
Veinte años después me lo encontré. Como si hubieran pasado solo cinco minutos me dijo: "Nos vemos en Wembley". Ante mi desconcierto aclaró: "Me ha costado mucho convencer a Julian Lennnon para que sustituya a su padre, pero él y los tres restantes (entonces vivía George), formarán de nuevo los Beatles". Tomó su fender imaginaria para advertirme: "Esta será la primera canción que toquen juntos otra vez". Gruñió melodiosamente I´m the walrus, con la misma admiración y rabia que lo hacían los hermanos Gallagher. Casi me hizo llorar de nostalgia.

Anónimo dijo...

Vaya, vaya... Conque la 'phoney beatlemania' no ha mordido el polvo...

El problema de que se le atragantase "el punteo" (fue invocar a Calabria el jueves y ya se nos metalizó el léxico)igual radicaba en la Fender. Dicen que Lennon nunca terminó de cogerle el punto a la Stratocaster. Creo que el amigo del estimado marqués mejor habría hecho en mimar una Rickenbacker 350 o, para ir sobre seguro, la Epiphone Casino.

Nunca me gustaron mucho los Beatles.
¿Se me veta el acceso si nombro mi preferida?:
Me encanta 'Black Bird'... en versión de J. Pastorius.

Al59 dijo...

Lo realmente curioso es que Lennon, que normalmente era el guitarra rítmico, acabara haciendo el solo de Get Back. Si la memoria no me falla, nuestro difunto cuenta por ahí, con su bonhomía habitual, que fue un detalle de Paul, que quiso hacerse el majo.
El concierto en la terraza, con los abrigones de piel, es un momento cumbre (literal) de lo más freak, policía inoperante incluida (buscando acaso a Jimmy Jazz). Por momentos, la escena parece sacada de la película Un hombre de suerte, joya bizarra donde las haiga.

Joselu dijo...

Descubrí a los Beatles en 1969, justo cuando se separaron. Me compré todos sus discos y conseguí un cancionero con todos los acordes de sus canciones para intentarlas tocar con la guitarra, me aprendí sus letras, vi sus películas... Me quedo con Hey Jude, Yesterday, The long and winding road, imagine, Let it be... Sin embargo, cuando las escucho hoy día me resultan cargantes. No sé si las he oído demasiado o que ya el tiempo ha hecho estragos con ellas. Todo de aquella época me fatiga. Me quedo con los ochenta. No tienen tal carga mítica encima. Fueron más humildes.

Al59 dijo...

No le afeo el gusto por los 80. A mí me encantan The Cure, The Durutti Column, Golpes Bajos, Nacha Pop, Radio Futura, Los Secretos y las primeras canciones de La Dama Se Esconde (de ahora mismo, Los Planetas o Pauline en la Playa). No tengo manías, vaya, ni pienso que la buena música muriera en 1974. Al menos, no lo pienso muy en serio; porque algo, no exactamente musical, sí me parece difunto por esas fechas. Quizá no haber llegado a tiempo para vivirlo contribuye al efecto de nostalgia irreparable. Para otros fue la muerte de Buddy Holly, la partida a la mili de Elvis o el día que uno de los ZZTop se cortó la barba. Afectos y espejismos. Mea culpa & bueno y qué.