No aquéllos del callejón que maullaban a gritos (?) en la canción de Sabino Méndez, sino Lindrus y Mina, estas dos gatas psicodélicas que fueron a parar a manos del cientovolandero Daniel, y cuyos primeros y segundos pasos por Danielandia documenta el vídeo. Lindrus, copo de carbón, es la mayor, heredada de Luli, que la adoptó en la lejana Alemania. Mina viene de Valdemanco, de familia salvaje pero bastante antropófila. La canción es danielera de principio a fin (menos el riff inicial, que yo aporté —pero bien podría ser de Dinarama + Alaska).
Íbamos andando
como se anda algunas veces.
Íbamos haciendo
lo que se hace cuando creces.
Íbamos contando
las semanas y los meses.
Íbamos contentos,
íbamos haciendo eses.
Quedar para vernos
por si entiendes lo que digo,
quedar por si acaso
nos hiciéramos amigos.
Quedar para vernos
y después irnos de bares.
Dejar que los sueños
nos lleven a otros lugares.
Y llegar sin darnos cuenta
a ese pequeño lugar
cuando es hora de marcharse
y nadie se quiere marchar,
cuando vuelan las palabras
que equivocas a tu falda
como un puente de baldosas
que se alzan del final
y el principio de las cosas.
Vernos en las fotos
y ver cómo hemos cambiado,
cambiar de costumbres,
cambiar de significado.
Quedar para luego
sin saber que hemos quedado,
comer en el suelo
de un jardín abandonado.
Y llegar sin darnos cuenta...
Se ha perdido el mundo
que llenaba cada tarde,
se ha acabado todo
y se ha marchado todo el mundo
y entre los recuerdos
que ahora son inolvidables
nada nos impide
dejar todo en un segundo.
como se anda algunas veces.
Íbamos haciendo
lo que se hace cuando creces.
Íbamos contando
las semanas y los meses.
Íbamos contentos,
íbamos haciendo eses.
Quedar para vernos
por si entiendes lo que digo,
quedar por si acaso
nos hiciéramos amigos.
Quedar para vernos
y después irnos de bares.
Dejar que los sueños
nos lleven a otros lugares.
Y llegar sin darnos cuenta
a ese pequeño lugar
cuando es hora de marcharse
y nadie se quiere marchar,
cuando vuelan las palabras
que equivocas a tu falda
como un puente de baldosas
que se alzan del final
y el principio de las cosas.
Vernos en las fotos
y ver cómo hemos cambiado,
cambiar de costumbres,
cambiar de significado.
Quedar para luego
sin saber que hemos quedado,
comer en el suelo
de un jardín abandonado.
Y llegar sin darnos cuenta...
Se ha perdido el mundo
que llenaba cada tarde,
se ha acabado todo
y se ha marchado todo el mundo
y entre los recuerdos
que ahora son inolvidables
nada nos impide
dejar todo en un segundo.
4 comentarios:
Al, creo que tu blog cumple este mes un año, justo en el nadir del día pero también el inicio de la carrera por alcanzar el seguro cénit. Todo un alivio.
Felicidades, un gran placer tenerte por la red.
A por otro más.
Un abrazo,
Brazil.
Gracias, Brazil. Soy tan despistado con las fechas que hasta este aniversario me había pasado desapercibido. Pero sí: el 10 de diciembre del 2005 cayó la primera entrada, una traducción en alejandrinos del Along the Watchtower de Dylan (http://todoal59.blogspot.com/2005/12/all-along-watchtower.html)
Gracias también a Melò, que fue el primero en inaugurar la sala de comentarios y enlazó en segundos la nueva bitácora.
Qué tendrá Dani con los gatos, que, cuando viene a casa, la gata Luca, de natural mordiscona, se deja coger y acariciar y juguetear sin problemas. Qué pena que no estés por los madriles para venir a tocar y cantar, como hacen últimamente en el salón a semanas alternas él y otros amiguetes.
besos.
Más lo siento yo, Pepita. Como dice el bardo, «pero todo no se pué tener». De todas formas, el 22 estoy allí. Es cuestión de que se tercie.
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