A los instrumentales que empezaron siendo canciones les queda un algo saltarín y cantabile. Éste, todo guitarras, siempre me ha sonado a sintonía setentil, en la tradición (salvando el abismo insalvable) de aquella maravilla del grupo Iceberg que Tena y Manrique utilizaban en Popgrama. Se llama Sounds of the Fair —por ejemplo, los de aquella prodigiosa feria de artesanía hippie de la plaza de Santa Ana, en Madrid, que las fuerzas del mal se cargaron hace años. Va por ella.
2 comentarios:
"Vd. (sic) me suena, me suena, con la familiaridad de los seres familiares (aunque nunca lo hubiera visto antes).
Me alegro de que se dé una vuelta por aquí (parece como si fuese la primera vez que escribe). Y más me alegraría de leerle con alguna frecuencia. Anímese.
Saludos." ---Grifo
Gracias, don Grifo. Soy Enrique Moure, el de antes. A uno le gusta pensar que, con las pistillas adecuadas, es inconfundible. Juzgando por sus críticas literarias, y sin ánimo de ofender a los críticos que conozco, creo que no nos conocíamos.
Don Alejandro, un día que tenga la inspiración sosa propongo que nos recomiende libros para niños en español, que seguro que tiene usted el tema bien investigado. Estoy de Goodnight Moon hasta el gorro, y los libros que encuentro en español son traducciones pésimas del inglés.
Hace tiempo que no veo por aquí a don Norje, a ver si este mensaje sirve de catalítico.
Don Enrique: me maravilla, mirando atrás, la creatividad (y verborrea) que desplegamos en aquellos foros de poesía de antaño, de los que no parece quedar ni la raspa. He perdido la pista de todos, pero recuerdo con estima a Norje, Lazy, Ardiles y los demás cofrades. ¿Sigue reuniéndolos algún espacio o se han dispersado por el ciberespacio?
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