Lo confieso. Pensé que podría ser Wynona Rider, pero al final siempre es Audrey Hepburn (y la reina de las piedras, ya sabe ella quién) quien se mueve a sus anchas por la parte más niña e insobornable de mis entretelas. No compusieron Lennon y McCartney nada más lindo y secreto que esta canción de Mercer y Mancini, vera Ofelia en el río de la memoria.
2 comentarios:
Ufff! (sin palabras)
Cuando a mis diecisiete años intenté -inútilmente- aprender música y tocar la guitarra, al lado de El romance anónimo, mi profesor me dio la partitura de Blue Moon. Nunca la toqué, sólo intuí algunos acordes, pero siempre me dejó enamorado de ella, de quien fuera que la tocara, una de las más bellas composiciones en mi memoria afectiva. Oírla me ha devuelto a aquellos turbulentos años de desdicha y pasión.
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