Fatalismo y sensualidad animan los versos de David Coll Rodríguez, Mephisto, un poeta madrileño secreto y extemporáneo, heredero inesperado del modernismo y los primeros románticos. Desde hace unos años, la música de teclado de Javier Simón, profunda y envolvente, acompaña en directo el recitado de David. Quienes viváis en Madrid podéis, si os apetece, acompañarles en su viaje: Lágrimas de luna, domingo 11 de noviembre de 2007 a las diez de la noche en el Café del Cosaco, calle Alfonso VI, 4 (Metro La Latina).
David ha publicado varios libros. La sed inmortal es, de momento, el mejor editado (Madrid: Jirones de Azul, 2007): un jardín de otra era, poblado por sonetos en alejandrinos como éste.
Vuelo nocturno
A través de la noche voy cabalgando el mar,
floto sobre las olas, abrazo sus rumores,
y como un ángel ebrio de extraños resplandores
acaricio luceros que parecen temblar,
a través del marino terciopelo ondulante
navego libremente con las alas del viento,
y atravieso las puertas del negro firmamento
hasta encontrar un reino de agua y de diamante.
Por obra de un milagro, mi alma se convierte
en la ternura etérea de un perfume dorado,
y lejos del dolor y lejos de la muerte
se adentra en el jardín del paraíso amado,
y un torrente de agua, brillante y cristalina
me inunda con su luz, silenciosa y divina.
A través de la noche voy cabalgando el mar,
floto sobre las olas, abrazo sus rumores,
y como un ángel ebrio de extraños resplandores
acaricio luceros que parecen temblar,
a través del marino terciopelo ondulante
navego libremente con las alas del viento,
y atravieso las puertas del negro firmamento
hasta encontrar un reino de agua y de diamante.
Por obra de un milagro, mi alma se convierte
en la ternura etérea de un perfume dorado,
y lejos del dolor y lejos de la muerte
se adentra en el jardín del paraíso amado,
y un torrente de agua, brillante y cristalina
me inunda con su luz, silenciosa y divina.
1 comentario:
...hasta encontrar un reino de agua y de diamante...
No está mal. Tiene en su contra cierta inmadurez formal: no domina aún la forma (es de suponer que llegue a dominarla); y, por tanto, su soneto consiste en una serie de lugares comunes.
A su favor: Resulta muy musical y tiene buen oído. Pero, sobre todo, alienta en él una sanísima actitud romántica. Lo veo como a un poeta bien encaminado.
Si además sus recitales van arropados por un órgano envolvente, entonces lamento de verdad no poder acudir a escucharlo.
Saludos.
Aker
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