miércoles, 11 de marzo de 2009

Crying Song


El final de un viaje. El del viajero. La música de Pink Floyd, me dijo, es el bálsamo de los tristes, el consuelo de todos los drogotas derribados por la vida, recluidos en sus habitaciones. Esta noche soñé que alguien muy querido volvía a morir. Las circunstancias, sin embargo, no encajaban (¿desde cuándo eras tú, fiero Héctor, poeta?). Me he despertado inquieto, pero optimista: un gran amigo venía a verme, la mañana se prometía llena de música y risas. No ha tardado en llegar su llamada: Antonio, Fos, ha muerto. Con él, la mañana.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Días sin luz, con este sol de irradiaciones que sólo son una pintura de color. Cómo hacerle hoy un rito egipcio? Cómo mantener sus notas en el aire, su profunda voz recitando?
Un abrazo, amigo.