Eso viene a decir alergia, como la que me ronda estos días, en que me despierto con la garganta hecha un estropajo y la nariz ya fábula de fuentes. Como yo siempre concuerdo con las etimologías, confirmo el diagnóstico: el mundo, ese otro, se nos trabaja así, imponiendo sus lodos flotantes a una sensibilidad enojada. Frente al mundo que está ahí, al otro lado de la ventana, incógnita y propuesta, está este otro que entra sin llamar, como el derechazo de una mano invisible.
Ventana por ventana, en fin, las de la Luli: Si las ventanas son hermosas de por sí, / parecen otra cosa cuando asomas la nariz...
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