Soneto de pan mojado
en vino y en espejismos,
bandada de los abismos
que al borde de mi tejado
repasas lo que ha pasado,
cancelas lo concedido:
que nos alcance el olvido
cuando nos pierda el amor
—que sea dulce el dolor
de no saber quién ha sido.
2 comentarios:
Deliciosa décima, Al, bien acompañada de la fotografía.
Un abrazo.
¡Gracias, Antonio! Es curioso lo de las décimas, porque aunque uno haya dejado de buscarlas, de vez en cuando te viene una a la mente en el momento más inesperado. Un abrazo.
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