Si la serie admite un cierre, una jarcha, bien podría ser ésta. El planteamiento ya estaba en los padres fundadores, pero Beck y su compadre Stephenson le dan otro aire: sitar, blues del Delta, slide guitar, folk, hip-hop, todo suena aquí en beligerante estado de gracia, tergiversado y trascendido en la mezcla. Hay cosas evidentes que no se habían dicho nunca. Ésta es una: soy un perdedor, ¿por qué no me matas?
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