jueves, 18 de enero de 2007

Caramelo de limón



Para Bebo, grandísimo cronopio

Este mantel amado,

jardín de sangre y vino,
escollos de pan duro
las nubes, que son manos.
La sopa somnolienta
rompiendo en el Cantábrico,
tus ojos que iluminan
los versos deshuesados.
¿Qué hay fuera de la mesa?
Proverbios y pasado.
No te despidas nunca.
La cena no ha empezado.

*

Caramelo de limón, el sol de mi país...





5 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicísima esta recuperación de Vainica Doble. Después de años, sus voces me suenan a misteriosas; y sus armonizaciones (¿de quién, o quiénes, son las canciones de Vainica Doble? -supongo que de ellas-) a pequeñas joyas del arte de la armonía.
Les guardo una profunda devoción, si Vd. me entiende.
Saludos.

Grifo

Al59 dijo...

Las Vainica son maravillosas. Qué acordes, qué melodías, qué todo. Aunque han influido (y mucho) en el pop español, nadie ha heredado ese saber hacer. No obstante...

Mel ha desaparecido dijo...

Bueno, bueno, con tanta celebración tendré que escucharlas. Pero tendrá que ser mañana, que aquí duermen los duendes y no es cuestión de despertarlos.

Me gusta la música aunque no le presto atención suficiente, pocas veces sé quien canta o como se llama la canción. Luego uno no puede revolcarse en las alegrías de recordarlas. El recogerse en las músicas es un lujo del pasado para mí.

j. dijo...

Nunca las había escuchado, y me han parecido dos canciones muy bonitas. Tremendo ese verso: 'corazón que late en cuerpo ajeno'.

Un saludo. :)

Anónimo dijo...

Mira que hay temas para recordar de las Vainicas. Pero de los que más canturreaba: 'Cartas de amor'; 'Habanera del primer amor'; 'Alas de algodón'; 'Un metro cuadrado'; 'Coplas del iconoclasta enamorado'; y tantas más.

Existió un grupo con posterioridad llamado Magenta que, salvando las diferencias, de edad y época, me recordaban en algunas cosas a las Vainicas.