martes, 13 de enero de 2009

Light My Fire


Muchas ediciones comentadas no pasan del cinco. Pienso en la antología de Leopoldo María Panero en Cátedra, preparada por alguien que (por ejemplo) se encuentra con un poema llamado Shekinah y no se molesta en explicarnos (quizá porque lo ignora) a qué diantres se refiere el autor.

Hay otras, sin embargo, que son un verdadero festín. Cuento entre ellas la de Alma. Caprichos. El mal poema de Manuel Machado, en Castalia. En las notas, Rafael Alarcón Sierra nos trae, entre otras delicias, las anotaciones que Rubén Darío hizo a su ejemplar de Caprichos: apuntes en verso que a veces mantienen el pulso del original y otras elevan la apuesta.

He recordado este juego leyendo la respuesta que ha dado Rafa a una de las décimas de mi Devocionario Pop, respuesta publicada en un comentario, y que subo, junto al original, a portada. La canción de The Doors recuerda que siempre es posible trepar más arriba, con ayuda del amor o de otras yerbas. El juego, tan virguero (mismas rimas, distintas razones) bien lo demuestra. Mil gracias, tron.

Ligh my fire

El amor es un sabor
que se aprecia y no se aprende:
por su cuenta se desprende
del más tibio pormenor.
En el amargo dulzor
de la vida, él duerme y sueña
la fiebre que nos enseña
las llagas de su virtud.
Generosa esclavitud
que alza en lágrimas la leña.

*

ALTER AB (ALTERO) ILLO:

Light my fire

Es un saber el amor
susurrado por un duende:
la cuenta de lo que vende
falta del libro mayor.
Contra el cansino sopor
de la vida se despeña,
avivando –santo y seña–
el lar de la juventud.
Recobrada la salud,
la muerte se hace pequeña.


1 comentario:

Anónimo dijo...

En que yerba y amor son
lo que ayuda a dar el salto
para llevarnos más alto
parece tener razón
la banda del Morrisón.
Pero acordarás conmigo
que también una canción.

Un placer jugar contigo,
por eso soy yo quien digo
gracias por tu inspiración.

Rafa